Golpe severo al coche autónomo de Uber en EE UU. El gobernador de Arizona, Doug Ducey, ha dado la orden de que la compañía suspenda las operaciones de sus vehículos autónomos en este Estado tras ver el vídeo del trágico accidente que costó la vida a una mujer en la ciudad de Tempe la semana pasada.

El político calificó el fatal accidente de “fallo incuestionable” y ha enviado una carta a la compañía donde le informa de que las imágenes le han ocasionado una gran preocupación por la seguridad pública y que “suspende la capacidad de Uber para probar y operar coches autónomos en las calles públicas de Arizona”.

Ducey añadió que el vídeo le parece perturbador y que “plantea muchas preguntas sobre la posibilidad de que Uber continúe operando en Arizona”, informó Efe. La suspensión de los permisos a Uber para probar sus vehículos autónomos en las vías públicas de ese Estado es por tiempo indefinido, según precisaron desde la oficina del gobernador. Mientras, la Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) mantiene la investigación abierta para esclarecer todo lo ocurrido y entender qué paso con el LiDAR (el radar de láser pulsado) del coche de Uber.

La multinacional ya había anunciado tras el accidente que suspendía temporalmente sus actividades en las carreteras del estado de Arizona, así como en San Francisco (California), Pittsburgh (Pensilvania) y Toronto (Canadá), donde hasta ese momento circulaban sus vehículos autónomos.

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Ahora se teme que puedan llegarles nuevas imposiciones de parar su actividad por parte de instituciones públicas de estas otras ciudades, lo que supondría un duro revés para Uber, que ve que su éxito futuro pasa por impulsar los vehículos sin conductor. Además, la suspensión de Arizona y el parón que se ha autoimpuesto temporalmente la compañía puede dejarla atrás frente a su competencia en el desarrollo de esta tecnología, especialmente de Waymo de Alphabet (Google).

Uber ha dicho tras conocer la decisión de Arizona que “mantendrá un diálogo con la oficina del gobernador para abordar cualquier inquietud que tengan”. Casi en paralelo, Velodyne Lidar ha demostrado, usando el vídeo del accidente, que sus equipos (usados por los coches de Uber) sí habrían sido capaces de detectar a la víctima del accidente, pese a cruzar indebidamente y por un lugar mal iluminado y no señalizado. Una forma de decir que el fallo está en otro punto.

“La investigación deberá demostrar si el software de Uber era defectuoso, si el LiDAR se encontraba desconectado en el momento del accidente, o si pudo haber algún otro tipo de descuido o negligencia por parte de Uber”, dice en su blog Enrique Dans, profesor del IE Business School, para quien “a falta de las conclusiones definitivas de la investigación, todo parece indicar que la gestión del programa de conducción autónoma de Uber distó mucho de ser mínimamente responsable”.

Pruebas documentales

Dans añade que, a medida que más expertos analizan las abundantes pruebas documentales que hay del accidente, “más parece cundir la idea de que el vehículo de Uber no protegió al peatón de la manera mínimamente esperable”. Un hecho que podría indicar, dice, “que la compañía estaba, de manera deliberada, acelerando las pruebas por encima de sus posibilidades para recortar el tiempo necesario para lanzar un servicio comercial de transporte de vehículos sin conductor”.

Uno de los indicadores que podría mostrar ese extremo es que, según informaba recientemente The New York Times, los vehículos de Waymo eran capaces de recorrer en marzo 9.000 kilómetros sin la intervención de un conductor de seguridad, mientras en Uber era de una cada 20 kilómetros. La compañía niega que esto sirva de argumento para concluir que sus coches autónomos no son seguros. 

Fuente: Cinco Días