Para Alejandro Jiménez Garzón, director de la división Platform Systems Technical Authority de Airbus Defence & Space, “las cabinas de los aviones tendrán cada vez más sistemas electrónicos integrados y conectados entre sí. El desarrollo de la aviónica permitirá descargar de trabajo a los pilotos a través del incremento del control del avión desde la torre. En un futuro, el control del aparato desde tierra será absoluto”. El experto compartió su perspectiva del porvenir del sector aeronáutico durante una conferencia en el Centro de Excelencia de AKKA Technologies celebrada en febrero pasado.

Tras esta visión hay una empresa que destaca y es el Grupo Oesía, es una de las grandes empresas españolas que operan en este sector de tecnología inteligente para diferentes sectores, entre ellos el aeronáutico. la compañía está presente en 26 países y en 2016 obtuvo unos ingresos globales de 141,42 millones de euros, Cuenta con más de 2.900 trabajadores. “Nuestro principal objetivo es consolidarnos a largo plazo y en el mercado global como un importante proveedor de equipos de aviónica”, dice Luis Furnels, director ejecutivo de la firma.

En este sentido, el reciente encargo recibido para equipar a los aviones F-18 del Ejército del Aire español con pantallas multifunción ha supuesto un importante hito para la compañía. Furnells destaca que este producto ya forma parte del equipamiento esencial de cualquier avión militar o civil. “Son pantallas de navegación aérea en las que se muestran datos de vuelo imprescindibles para pilotar un avión. La adjudicación de este contrato nos convierte en empresa asociada de la OTAN, una excelente carta de presentación en el mercado internacional”.

Dados los mercados en los que trabaja Grupo Oesía, y el tipo de productos que desarrolla, el trasvase de tecnología entre la industria militar, “centrada en la defensa”, como remarca Furnells, y civil es constante “uno de nuestros objetivos es convertirnos en suministrador de aviónica para la aviación comercial. Pensamos que nuestro dominio de algunas tecnologías, como la detección de objetos mediante infrarrojos, puede proporcionarnos ventajas para desarrollar nuevos productos”.

Desarrollos avanzados

Un ejemplo es que Tecnobit, la división industrial del grupo, pondrá a punto la optrónica que detectará el narcotráfico y socorrerá a los náufragos en el Mediterráneo. La compañía ha resultado adjudicataria de un contrato para la reparación de los sensores optrónicos de los dispositivos del Sistema Integral de Vigilancia Exterior (SIVE) en varias provincias andaluzas. Este sistema se compone de una serie de estaciones sensoras, desplegadas a lo largo de la costa. Estas, equipadas con cámaras y radares y controladas por la Guardia Civil, permiten realizar labores de detección, control y vigilancia. La información recogida se envía a un centro de control donde se toman las decisiones necesarias en cada caso. Además, el SIVE permite una detección lejana de las embarcaciones de tráfico de personas, lo que facilita las labores de identificación y el salvamento de vidas.

Tecnobit cuenta con más de 40 años en el mercado y las unidades producidas por la compañía se encuentran instaladas en uno de cada tres nuevos aviones de transporte militar construidos en el mundo, así como en el sector civil. Grupo Oesía nombra director general de Tecnobit a Emilio Varela. A mediados de este año, el Grupo Oesía fichó a Emilio Varela, ex director general del fabricante de componentes para vehículos Ficosa, como director general de Tecnobit en sustitución de Carlos Suárez, ex ejecutivo de Indra, que se vio obligado a abandonar el cargo por motivos de salud.

Entre los elementos que fortalecen la presencia de Grupo Oesía en los mercados internacionales está su capacidad para desarrollar productos propios. El presidente de la compañía apunta que, a la hora de continuar por esta senda de desarrollo de patentes propias, la Universidad Tecnológica Oesía juega un papel fundamental. “Es uno de los principales objetivos que nos hemos marcado como compañía. Y es que creemos que, en un entorno tan globalizado y competitivo como el que vivimos actualmente, sólo aquellas organizaciones capaces de facilitar el crecimiento de sus profesionales mediante la formación continua podrán mantener su nivel competitivo”, explica Furniels.

Fuente: El País