Empezaron a elaborar el proyecto en 2015 y echaron a andar en 2017. Una llamada a través de Skype entre Melbourne y Madrid, donde vivían por entonces Kiko Requena y Miguel Sánchez, de 28 y 29 años, amigos desde la infancia y fundadores de Café Leather, fue el principio de todo. “Siempre hemos tenido el gusanillo de montar una empresa y el mundo de la moda nos llamaba la atención, pero no queríamos poner en marcha una aventura más, sino algo que verdaderamente nos conmoviese, un proyecto romántico que, además, fuese rentable”, comenta Kiko Requena.

Descubrieron que había consumidores que estaban cansados de las modas efímeras, que, como a ellos, no les gustaba la obsolescencia programada en los artículos textiles y que buscaban productos auténticos, hechos para durar en el tiempo, que tuviesen una esencia. Y vieron que, a través del mundo de la piel, podrían expresar perfectamente esta idea.

Desde el principio pensaron que la piel sería el hilo conductor de la marca, que basaron en tres pilares: la búsqueda de lo auténtico, la pasión por los pequeños detalles y el respeto por las cosas bien hechas. Para estos emprendedores, Café Leather es una manera de ver la vida expresada a través de productos auténticos.

Se lanzaron con medios bastante justos, con financiación propia, con sus ahorros. Constituyeron la empresa con solo 30.000 euros. Esto les daba para muy pocas cosas, teniendo en cuenta que la materia prima que querían utilizar es muy cara. “Es piel curtida de forma natural, procede del norte y es la mejor que hay en España. Esa piel nos la llevamos al sur, a Ubrique (Cádiz), donde producimos en una de las mejores fábricas artesanas de complementos del mundo. Es donde manufacturan muchas marcas de lujo internacionales”, puntualiza Kiko Requena.

Todos los procesos de manufactura siguen una filosofía de cuidado y respeto por el medio ambiente

Les costó arrancar, encontrar el material que querían y, sobre todo, que una fábrica de este tipo confiase en una marca que ni siquiera era una semilla, era solo un proyecto. Pero consiguieron que les escucharan, que creyeran en su idea y que apostaran por ellos.

Salvados esos obstáculos, tampoco fue fácil dar los primeros pasos con una marca desconocida, de calidad, aunque con precios medios altos. “Cuando no se conoce la marca, existe un hándicap importante a la hora de convencer al cliente de que el producto que haces vale lo que vale”, explica Kiko Requena.

Funda y porta pasaporte. Funda y porta pasaporte.

Internacionalización

Empezaron con carteras y complementos en general para hombre, pero siempre con la idea de ser una marca potente en el mundo de la piel, abierta a un abanico infinito de posibilidades. Y ya están desarrollando productos textiles que, naturalmente, llevarán detalles en piel; también quieren lanzar una línea de mujer.

Todos los diseños son propios. Actualmente, se encuentran en pleno proceso de expansión de su colección y de internacionalización de la empresa. Precisamente, hace unos meses Café Leather fue seleccionada por el Icex para elaborar un plan de internacionalización a tres años en el marco de su programa de apoyo a la pyme española para salir a otros mercados. Por ahora, venden sobre todo a través de su web, www.cafeleathersupply.com. En España, están presentes en 45 puntos de venta físicos, en Francia (París y Toulouse), en Berlín y en tiendas de California. Han conseguido vender online en más de 60 países y van a entrar en Amazon.

Sus productos están en algunos marketplaces de los más selectos del mundo. “Curiosamente, lo que más vendemos son guantes de conducción, aunque, en principio, fue un producto por el que no apostamos demasiado, realmente no pensamos que iba a tener tanto éxito”, puntualiza el cofundador de la pyme madrileña.

Para 2019 quieren abrir su primera tienda en Madrid, la segunda será probablemente fuera de España. Esperan alcanzar una facturación de más de medio millón de euros; estiman que más del 60% de esa cifra vendrá del mercado internacional. “Lo hecho a mano y la materia prima de calidad se aprecia mucho en el norte de Europa y en EE UU. Están acostumbrados a pagar por ello. En España, no tanto”, aclara Requena. Todos los procesos de manufactura de Café Leather siguen una filosofía de respeto y cuidado por el medio ambiente.

Este año quieren consolidar el mercado de guantes, lanzar su línea de productos textiles y desarrollar el negocio de muebles y decoración, donde creen que hay un filón interesante.

Soluciones ad hoc

Empresas. Café Leather genera mucho negocio con firmas interesadas en regalar sus productos en sus eventos como incentivos a los empleados o en acciones de marketing posventa. “Trabajamos con multinacionales, ya que la gran capacidad de nuestra fábrica en Ubrique nos permite asumir volúmenes importantes. Somos muy creativos y siempre ofrecemos soluciones ad hoc”, afirma Kiko Requena.

Fuente: Cinco Días