La entidad bancaria CaixaBank ha celebrado este viernes su junta anual de accionistas y, por primera vez, lo ha hecho en Valencia: el pasado mes de octubre, la entidad financiera trasladó su sede social y fiscal a esta ciudad a causa de la inestabilidad política por el proceso de independencia en Cataluña. El presidente de CaixaBank, Jordi Gual, ha defendido que esta fue “la mejor decisión” para garantizar la seguridad jurídica, aunque una parte de los accionistas han afeado a la entidad el procedimiento para formalizar el traslado, ya que el banco aprovechó un decreto ley para tomar esta decisión en un consejo de administración sin pasar por la junta de accionistas. Gual ha destacado que la entidad ha conseguido unos resultados de récord en un contexto de dificultades políticas y económicas, y ha marcado como objetivos principales para 2018 el ampliar los clientes y alcanzar mayores cuotas de rentabilidad.

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El presidente de CaixaBank ha centrado su intervención en poner de relieve los buenos resultados que la entidad consiguió en 2017, año en el que se cerró la compra del banco portugués BPI y en el que CaixaBank consiguió un beneficio de 1.684 millones de euros, un 60,9% más que el año anterior. El ejercicio, muy positivo según Gual, ha estado sin embargo marcado por el proceso independentista, a raíz del cual la entidad cambió de domicilio social de Barcelona a Valencia, y así lo han recordado la mayoría de las intervenciones de los accionistas. Gual ha recordado que la decisión fue “técnica” y que el consejo de administración lo acordó por unanimidad. A pesar de las críticas, Gual ha argumentado que fue “la mejor solución posible para proteger los intereses de clientes, empleados y accionistas” ante la crisis política en Cataluña. “En todo momento se tiene que garantizar el acceso a la liquidez del banco central europeo”, ha puntualizado el presidente, quien ha rechazado especular sobre la vuelta de CaixaBank a Barcelona: “Las sedes sociales no tienen plazo de vigencia”.

“En un año particularmente difícil por las tensiones políticas vividas en Cataluña, CaixaBank demostró su resiliencia como institución”, ha defendido Gual. El presidente de la entidad ha asegurado que el consejo de administración, que decidió trasladar la sede social sin consultarlo con la junta de accionistas, actuó con rapidez para “eliminar cualquier tipo de duda sobre la permanencia de la entidad en el marco europeo” ante una posible declaración unilateral de independencia. Los dirigentes de CaixaBank se han mostrado orgullosos de haber elegido Valencia como nueva sede: “Con la integración del Banco de Valencia los lazos se reforzaron, y ahora con el traslado de la sede social aún más”, ha dicho el consejero delegado del grupo, Gonzalo Gortázar, en valenciano.

Los responsables de la entidad financiera han recordado que el grupo ha conseguido avanzar en sus dos objetivos principales: ampliar el negocio con el número de clientes y mejorar la rentabilidad. El consejero delegado de CaixaBank ha destacado que tres de cada diez españoles trabajan con la entidad, y que el grupo también ha avanzado en la penetración digital, con una presencia del 33%. La “proximidad” con los clientes, según Gortázar, ha sido la base para la mejora de la rentabilidad de CaixaBank, que ha conseguido un ROTE (índice de rentabilidad que tiene en cuenta solo el capital tangible), del 8,4%, cuatro décimas más que el año anterior. El objetivo para 2018, año en que termina el plan estratégico actual, es elevarlo al 11%. Gual ha avanzado que la entidad presentará en noviembre un nuevo plan estratégico para 2019-2021.

El presidente de CaixaBank ha asegurado que la entidad avanza a buen ritmo para cumplir con los objetivos que se marcó en 2015, gracias a la buena marcha de la economía, y al buen comportamiento del banco portugués BPI que CaixaBank adquirió a principios de 2017. Sin embargo, Gual ha identificado los retos para la economía de España y global: la creación de empleo, reducir la deuda pública y avanzar en ámbitos como las pensiones en un contexto de guerra comercial marcada por la posición de Estados Unidos. La entidad confía en que, con todo, la economía española crezca un 2,8% en 2018.

El reto para el sector bancario, según Gual, es mejorar la rentabilidad y la relación con los clientes a pesar del contexto de tipos de interés bajos: “Esto nos obliga a seguir reduciendo costes y a deshacernos de los activos problemáticos”. A pesar de esto, la junta de accionistas ha aprobado aumentar la retribución de los altos directivos, y Gual ha recordado que los buenos resultados también conllevan más dividendos para los accionistas. El importe total de la remuneración al accionista correspondiente a 2017 es de 0,15 euros brutos por acción, lo que supone un 15,4 % más que en 2016.

La junta de accionistas ha aprobado por mayoría la ratificación y el nombramiento de los consejeros Eduardo Sanchiz y Tomás Muniesa, y el Consejo de Administración ha anunciado la adaptación de los estatutos a lo previsto en el decreto ley aprobado por el Gobierno el pasado 6 de octubre que permite trasladar la sede social a otra comunidad sin necesidad de consultarlo con la junta de accionistas.

Fuente: El País