Para París, pilla la línea roja. Para Tokio, la azul. ¿Vas a San Francisco? Usa la verde. Este es el aspecto que tiene el futuro, según David Pistoni, fundador de Zeleros: «Un hyperloop conectando el mundo como una línea de metro, pero a alta velocidad».

«¿Un qué?», preguntará cualquiera que haya estado ajeno a la fiebre que tiene compitiendo a empresas de todo el mundo. Pues, mal y pronto, es un metro volador. O, un poco mejor dicho, una cañería a gran escala en cuyo interior, levitan -al vacío y a toda pastilla- cápsulas para el tranporte de cargas y pasajeros no ya entre ciudades o países, sino entre continentes. Otra ventaja de estas tuberías es que nos moverían por el globo con cero emisiones y, gracias a las condiciones de vacío en el interior del tubo, se enfrentarían a un rozamiento ínfimo, por lo que además de ir más rápido, exigirían menos energía para lograrlo.

El objetivo es alcanzar los 1.000 kilómetros por hora. Esta es la meta para empresas tan dispares como la de Pistoni, la polaca Hyper Poland, la holandesa Hardt, la canadiense Transpod o la americana Hyperloop Transportation Technologies.

El hyperloop de Zeleros coincidió en el South Summit con otro peso pesado del ring, Virgin Hyperloop One. La empresa nacida con el impulso de Elon Musk y bendecida por los millones de Richard Branson puso sobre el escenario a su jefe de marketing y comunicación. «Somos la única compañía del mundo que ha creado un sistema de hyperloop a escala real», aseguró Ryan Kelly.

El portento en cuestión está a una hora de Las Vegas, tiene una longitud de 500 metros y alcazó a finales de 2017 una velocidad de 387 km/h. «Estamos seguros de que este número puede expandirse si extendemos el tubo», señala Kelly. El razonamiento que respalda esta afirmación es que actualmente la cápsula acelera por 300 metros y frena por 200. ¡Qué no haría si diera la vuelta al planeta!

  • La mano que mece el hyperloop

Al menos cuatro de las empresas que hemos nombrado han nacido vinculadas de una u otra manera al venerable Musk. A la de Virgin llegó antes que Branson, y puso las bases del concepto con un paper al respecto. Zeleros, Hyper Poland y Hardt han pasado por alguna de las ediciones de la SpaceX Hyperloop Pod Competition, que ya tiene en marcha su cuarta convocatoria y volverá a celebrarse en verano de 2019.

Zeleros ganó el premio a la mejor propuesta hace cuatro años. Ahora ha validado y patendado sus tecnologías y busca completar su serie A de financiación para hacer realidad su proyecto. «Nuestro próximo gran paso es construir una pista de pruebas de dos kilómetros para testear nuestra tecnología en un vehículo a 500 km/h», precisa Pistoni.

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  • Mientras tanto, en Málaga…

Virgin Hyperloop One podría tener su primer gran centro de pruebas en Andalucía, si todo florece según lo previsto en el acuerdo firmado con Adif durante el pasado mes de agosto. «A lo largo de 2019 esperamos trabajar con Adif y las agencias gubernamentales en poner en marcha esete centro. Y en 2020 empezaremos a contratar, ¡así que esperamos veros!», adelanta Kelly.

Más allá de este complejo, la compañía planea establecer líneas en Emiratos Árabes Unidos, Estados Unidos, Arabia Saudí e India, y combina sus negociaciones con estudios de viabilidad.

¿Para cuando? Según Kelly, la intención es que sean años, y no décadas. Si todo sale bien, la primer ruta podría unir Bombay y Pune, un trayecto que exige unas tres horas de tren y que recorren cada día 110.000 coches. «Bajaríamos a 25 minutos y eliminaríamos 150.000 toneladas de contaminación en un año», promete Kelly.

  • Viajar como las balas

De acuedo con Kelly, las condiciones en una cápsula de hyperloop moviéndose a 1.000 km/h no difieren tanto de las que se dan en un tren de alta velocidad. Tanto es así, que en los diseños iniciales de la cápsula se planteó la posibilidad de eliminar los cinturones y permitir a los pasajeros andar por el interior, como lo harían en un vagón de metro.

Hemos creado cápsulas que pueden partir con segundos de diferencia

Además, el hyperloop, que será autónomo, traería un nuevo concepto al transporte de larga distancia: Cuando quieras, como quieras.  «No hay conductor ni horarios. Tú apareces cuando quieras y te vas. Podemos hacer esto porque hemos creado cápsulas más pequeñas que pueden partir con segundos de diferencia», asegura Kelly. Por la misma razón, las cápsulas no estarían sujetas a paradas fijas. Si hay un tubo de Madrid a París y a Londres y dos personas llegan al mismo tiempo al primero para ir al segundo una y al tercero la otra, pueden hacerlo en cápsulas distintas. «Esto supone enormes ahorros de tiempo».

¿Humo? Lo sabremos pronto. «Cualquiera puede subir aquí y bailar claqué diciendo que va a cambiar el mundo. Las acciones valen más», señala Kelly. «La tecnología está ahí y tenemos a la gente correcta».

Fuente: El País