La llegada de Luis de Guindos a la vicepresidencia del Banco Central Europeo pone fin a seis años de ausencia española en el comité ejecutivo de la institución monetaria. La elección del actual ministro de Economía hace ganar peso a España en los grandes organismos europeos, y llena parcialmente el vacío, aunque continúa infrarrepresentada con relación a su población y al tamaño de su economía, cuarta del euro y quinta de la UE. Estas son las principales claves del desembarco del político español en el BCE tras la retirada del irlandés Philip Lane.

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Un mandato de ocho años. Los miembros del comité ejecutivo del BCE son designados por un periodo de ocho años no renovable. El mandato del actual vicepresidente, el portugués Vítor Constâncio, finaliza el 31 de mayo, por lo que en caso de que Guindos agote los plazos, su labor en la entidad se prolongará hasta el 1 de junio del año 2026. En ese momento contaría con 66 años de edad. Se trata de una estadía en un cargo inusualmente larga en la carrera profesional de Guindos. Según su currículo, solo ha pasado tanto tiempo en un mismo puesto cuando fue socio-consejero en AB Asesores, hace más de dos décadas.

Deberá dimitir como ministro. Una vez superados con su elección para el BCE los fantasmas que le dejaron a las puertas de la presidencia del Eurogrupo en 2015, Guindos debe decidir en qué momento hace oficial su dimisión como ministro de Economía, Industria y Competitividad. Cabe la posibilidad de que retrase la decisión hasta que se formalice su nombramiento a finales de marzo.

Del Ministerio al BCE, un paso inédito. Por primera vez en la historia del BCE, un ministro dejará su cargo en el gabinete de un Gobierno del euro para asumir la vicepresidencia de la institución financiera sin haber transitado antes por otras posiciones relacionadas con la política monetaria. Ese ha sido el principal hándicap de la candidatura de Guindos junto a la preferencia de la Eurocámara de que el cargo fuera ocupado por una mujer para acortar la brecha de género. Ante la tradicional defensa de su independencia del poder político de la que hace gala el BCE, la actuación del todavía ministro español estará bajo la lupa.

Ganará casi cinco veces más. Constâncio recibió en 2016 un salario básico anual de 334.080 euros brutos por ejercer el cargo en el que ahora le releva Guindos. Como ministro, su salario es de 73.650 euros al año, por lo que multiplicará sus ingresos por 4,5 veces. Además, tendrá derecho a complementos salariales por residencia, hijos y educación, en función de sus circunstancias individuales.

El número dos. Guindos ejercerá la función de presidente en su ausencia, y comparecerá junto a él en las ruedas de prensa posteriores a las reuniones sobre política monetaria del Consejo de Gobierno, que se celebran cada mes y medio. Además, llevará las riendas de las áreas de Estudios y Estabilidad Financiera, esta última responsable de la regulación bancaria, si bien las competencias de que se hará cargo finalmente pueden sufrir cambios.

Convivirá con Draghi y un nuevo presidente. Con el BCE en plena fase de renovación, Guindos vivirá desde dentro el periodo de transición de la cabeza visible de la institución. Mario Draghi deberá dejar paso a un nuevo presidente en octubre de 2019. El italiano puede jubilarse como uno de los pocos dirigentes de un gran banco central que no ha subido los tipos. Para sustituirle suenan el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, y François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia.

Adiós a Vítor Constâncio. El portugués, que alcanzó la vicepresidencia en junio de 2010, dirá adiós a la institución dentro de tres meses y medio. A sus 74 años, Constâncio, antaño gobernador del Banco de Portugal, líder de los socialistas del país luso y profesor universitario, ha lidiado a la sombra de Draghi con la mayor crisis de las últimas décadas. El dueto sureño que ha formado con el banquero italiano ha supuesto el dominio de las palomas —más partidarios de políticas de estímulo— frente a los llamados halcones —que dan prioridad al control de la inflación—. La eventual llegada de Weidmann volvería a colocar a los halcones al frente del BCE.

Debe ser ratificado formalmente. Los ministros del Economía y Finanzas del euro han dado su visto bueno a la candidatura de Guindos, pero para que su nombramiento sea definitivo aún debe seguir varios pasos protocolarios que no hacen peligrar su aterrizaje en Fráncfort. Los ministros de Economía de la UE emitirán oficialmente la recomendación este martes, y los jefes de Estado y Gobierno de los Veintiocho formalizarán su designación en su reunión de Bruselas del próximo 22 y 23 de marzo. Entre ambas fechas, tanto el BCE como la Eurocámara emitirán sendos dictámenes consultivos en los que analizarán su idoneidad.

Fuente: El País