El consejo de administración de la cadena de supermercados Dia ha alertado este viernes a sus accionistas, que deben reunirse en una junta crucial el próximo 20 de marzo, de que la ampliación de capital por 500 millones propuesta por el máximo accionista de la compañía, el fondo Letterone del magnate ruso Mijail Fridman, lleva consigo una serie de incertidumbres y problemas de plazos que pueden llevar a la empresa a verse abocada a la disolución. Por tanto, anima a los accionistas a respaldar el plan del consejo, una ampliación de capital por 600 millones seguida de un plan de varios años de reflotamiento de la compañía.

En un hecho relevante (cualquier hecho, situación o información que pueda influir de manera importante en una empresa y su cotización en los mercados) enviado a la CNMV, el consejo de administración da trámite a la petición formulada la semana pasada por Letterone de incluir un nuevo punto en el orden del día: el de su ampliación de capital por 500 millones condicionada a lograr primero el éxito de su opa sobre el 70% de las acciones que no posee y a un acuerdo con los bancos acreedores. Incluyendo dicho punto, forzaba a los accionistas a decantarse entre su propuesta o la del consejo, una ampliación de capital por 600 millones, seguida de un plan de reflote similar al de Letterone, plan que también figura en el orden del día de la junta de accionistas, que se celebrará el 20 de marzo.

El problema, dice el consejo, es que, en su opinión, los planes de Fridman no resuelven los problemas que aquejan a la compañía y, sobre todo, están sujetos a unos planes y condiciones que pueden acabar en la liquidación de la empresa, que ahora mismo está en causa de disolución al tener patrimonio neto negativo. Señala el consejo que, al contrario que su proyecto, el de Letterone «no garantiza que las necesidades y obligaciones del grupo a corto plazo queden debidamente atendidas y resueltas». En primer lugar, porque la ampliación de capital propuesta por Fridman está sujeta a una opa cuyos plazos, e incluso resultado (podría ser rechazada) escapan al control de Letterone. Esos plazos chocarían con los que marca la ley para que las empresas en causa de disolución restablezcan su equilibrio patrimonial y Fridman no ha propuesto «ninguna otra alternativa eficaz para resolver» ese desequilibrio.

Además, señala el consejo que Fridman no ha informado de ningún acuerdo con la banca acreedora, como sí ha logrado el consejo, y que, por tanto, si los accionistas le dan su visto bueno al magnate, Dia podría incumplir esos acuerdos y los bancos tomar la decisión de ejecutar la deuda y hacerse con la empresa. Además, dice, esos planes no contemplan que Dia tiene que hacer frente a un vencimiento de bonos por 306 millones de euros en julio.

Añade el consejo que la ampliación de Letterone está sujeta a que no más tarde del 18 de julio de este año haya tenido éxito con su opa y que haya tomado el control de la empresa, cosa que, por plazos, podría no haber sucedido para entonces. Además, el consejo señala que las condiciones que Fridman pone a los bancos para lograr un acuerdo son muy distintas a las que ha negociado ya el consejo, lo que añade más incertidumbre.

Finalmente, el consejo actual, capitaneado por Borja de la Cierva, denuncia que la ampliación de Fridman «no permite a todos los accionistas participar en la creación de valor en el futuro» de Dia, puesto que está sujeta a una opa condicionada a su vez a lograr el control del 64,5% de las acciones (la mitad del 70% que no controla y el 29% que ya tiene) y a que no se emitan nuevas acciones. Es decir, Fridman se llevaría dos tercios de un eventual futuro de éxito de Dia.

En último término, subraya la situación diabólica a la que pueden verse expuestos los accionistas: que no salga adelante ni la opa de Fridman ni la ampliación del consejo (por la oposición de Fridman) y que la empresa «haya quedado privada de la estructura de capital estable que necesita y tenga que enfrentarse a las consecuencias adversas» ya señaladas: inviabilidad y disolución.

Fuente: El País