El Fondo Monetario Internacional advierte de que el envejecimiento de la población mermará de forma considerable la tasa de participación en el mercado laboral –lo que en España suele denominarse tasa de actividad-, es decir, el colectivo de personas en edad y capacidad de trabajar que hace que las economías tiren adelante. Según los cálculos publicados hoy, en función de las previsiones demográficas de Naciones Unidas, el porcentaje de esta participación bajará un promedio de cinco puntos y medio en los próximos 30 años si no hay políticas que lo eviten, con España en el grupo de los peor parados. Su tasa de actividad rondará el 50% en 2050 (cuando cerró 2017 en el 58%), el mismo débil nivel que estima para Francia, Bélgica, Italia y Portugal.

Al margen de las economías más perjudicadas por esta tendencia, en general, un descenso de la tasa de actividad de 5,5 puntos como el que el Fondo proyecta se traduce en un recorte de la producción de tres puntos porcentuales en una economía desarrollada. Este cálculo procede de uno de los capítulos analíticos del informe de primavera que el FMI presentará en sus jornadas de la semana que viene y plantea la necesidad de una mayor actividad de la mujer y los empleados de edad avanzada para frenar este declive, entre otras medidas.

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Para España, el asunto es de especial calado, sobre todo en un momento de protestas por la pérdida de poder adquisitivo de los jubilados y, en paralelo, de voces de alarma por la sostenibilidad de las pensiones con un mercado laboral cada vez más envejecido. El propio FMI publicó el pasado marzo un estudio en el que advertía de que el número de pensionistas en la cuarta economía de la zona euro se disparará de nueve a 15 millones en las próximas tres décadas. Para que ello sea sostenible, plantea, entre otras medidas, la necesidad de incorporar a más de cinco millones de inmigrantes y aumentar las cotizaciones de algunos trabajadores con salarios más altos.

Si la española es una de las economías con más riesgo de perder tasa de actividad en las próximas décadas, también es una de las que más ha visto crecer esta tasa en los últimos años, burbujas y recesiones mediante. En el grueso de las economías avanzadas, el porcentaje de participación laboral no ha variado más de dos puntos si comparamos 1985 y 2016, pero España, Alemania, Corea del Sur y Holanda destacan con incrementos de más de cinco puntos en el mismo periodo.

Fuente: El País