El presidente del FROB, Jaime Ponce, pidió ayer algunos cambios en la legislación que afecta a la resolución de bancos en quiebra. En la clausura de una jornada sobre resolución bancaria, organizada por el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), reclamó que “no se retrase más” la creación de un sistema europeo de garantía de depósitos. En este sentido, apuntó que sería “muy positivo” cambiar el sistema actual sobre los depósitos de clientes que deben pagar en caso de quiebra del banco y dejar fuera a los depósitos de empresas.

Hasta ahora, los depósitos inferiores a 100.000 euros de personas físicas y de pymes están protegidos por lo que no hacen frente a los costes de quiebra. Ponce pide que “también los depósitos de las grandes empresas” se mantengan al margen.

Ponce se alinea con la legislación de otros países, como Alemania e Italia, en donde el dinero de las empresas no se utiliza para tapar agujeros en caso de quiebra bancaria, según fuentes del FROB. La razón de dejar fuera a los depósitos de empresas es evitar problemas como el pago de las nóminas de los empleados, lo que provocaría que pagaran la quiebra de un banco personas ajenas a la situación de la entidad. Lo que sí quedaría dentro del pago es el dinero de inversores institucionales, como fondos de inversión.

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Si esta norma hubiera estado en vigor cuando llegaron los problemas del Popular, quizá muchas grandes empresas no hubieran sacado su dinero, algo que precipitó la quiebra del banco.

Si la venta del Popular al Santander no se hubiera cerrado, la Junta Única de Resolución (JUR) tenía planeado aplicar el sistema conocido como bail-in, que supone que paguen los accionistas, bonistas y depositantes. En parte se hizo con 2.000 millones de accionistas, de bonos convertibles y bonos subordinados, pero no se llegó más lejos. Sin acuerdo de venta, según fuentes financieras, se hubiera llegado a practicar una quita a los depositantes. Eso tenían las empresas y sacaron miles de millones en los últimos días precipitando su final.

Venta adecuada de productos

Ponce también ha pedido a bancos y CNMV, sin citarlos, que no se vendan activos que sirven para pagar las quiebras, como las preferentes, sin advertir al cliente “de las consecuencias de la inviabilidad del banco”. En la crisis pasado, de los 14.000 millones de estos activos, 10.000 millones eran de pequeños clientes y no pagaron la crisis bancaria. Esta factura ha elevado la deuda pública.

Por último, el presidente del FROB solicita al BCE, sin mencionarlo, que además de supervisar el capital y las provisiones, “vigile la cascada de pasivos del banco llamados a absorber pérdidas” para que sean suficientes para evitar “desestabilizar el sistema financiero”.

Fuente: El País