Las previsiones recogidas en el cuadro macro presentado por el Gobierno para la elaboración de los Presupuestos Generales de 2018, el Ejecutivo prevé que la rentabilidad de la deuda a 10 años española se sitúe este año en 1,6%, por debajo del 1,7% de 2017 e inferior a las previsiones anunciadas en octubre que fijaban el 2,1% como referencia clave para el presente ejercicio.

La mejora recoge así las revisiones al alza de la nota de España acometidas por Fitch a mediados del pasado enero y por S&P el pasado 23 de marzo. Gracias a estos movimientos el rating de España recupera la A algo que no ocurría desde 2012. A día de hoy y tras el movimiento efectuado por S&P a cierre del viernes, la rentabilidad del bono español a 10 años se sitúa en 1,2% mínimos de octubre de 2016.

A pesar de las expectativas que existen acerca del proceso de normalización monetaria en la zona euro, algo que inevitablemente vendrá acompañado de un alza de las rentabilidades en el mercado de deuda, el bono a diez años español continúa mejorando posiciones. Esto permitirá al Tesoro seguir disfrutando de unos costes de financiación más bajos. Ante este escenario el organismo dependiente del Ministerio de Economía continúa haciendo hincapié en su estrategia de alargar la vida media de la deuda, abaratar los costes y diversificar la base inversora.

Una de las preocupaciones de los inversores en los últimos meses está siendo la fortaleza del euro, a día de hoy en los 1,24 dólares. Con la vista puesta en los próximos meses, el Ejecutivo prevé que la subida de tipos por parte de EE UU se ponga en precio y permita una relajación de la divisa europea hasta los 1,2 billetes verdes. A pesar de la divergencia de políticas monetarias de la Fed (ya ha acometido seis subidas desde diciembre de 2017) y el BCE (continuará comprando activos por importe de 30.000 millones mensuales hasta septiembre), la mejora macroeconómica de la zona euro y el déficit fiscal y por cuenta corriente de EE UU frenan la revalorización del dólar.

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Para el conjunto de la zona euro, el crecimiento recogido en el cuadro macroeconómico apunta a un alza del 2,4%, una décima menos que en 2017. Por su parte, el PIB mundial excluido la zona euro aumentará un 4,1%, tres décimas más que el pasado ejercicio.

Los bajos precios del crudo, que han servido de motor a muchas empresas para reducir los costes, a la vez que ha frenado la recuperación de la inflación, continuarán su tendencia. Eso sí, los ajustes efectuados por la OPEP para acabar con el excedente de oferta y adecuarla a la demanda empieza a recoger sus frutos y llevará al Brent a los 66 dólares en los próximos meses. En la actualidad, el petróleo de referencia en Europa se sitúa en los 70 dólares por barril.

Fuente: El País