El Gobierno quiere establecer por ley que a partir de 2040 no se permita la matriculación y venta en España de turismos y vehículos comerciales ligeros con emisiones «directas» de dióxido de carbono, entre los que se incluirían los vehículos diésel y gasolina. Así se recoge en el borrador de la Ley de cambio climático y transición energética que prepara el Gobierno, según han informado este martes fuentes del Ministerio para la Transición Ecológica a un grupo de periodistas.

La norma afectaría, además de a los coches gasolina y diésel, a todos aquellos vehículos que sean de combustión, es decir, los automóviles que utilicen gas natural comprimido (GNC), gas licuado de petróleo (GLP) y los híbridos, ya que estos emiten CO2 cuando no están usando electricidad.

Según las previsiones con las que trabaja el Gobierno, en 2050 estará prohibido circular con  turismos que emitan dióxido de carbono de forma «directa» .

La norma que prepara el Ejecutivo incide en la importancia de promocionar la movilidad «sin emisiones», ya que es uno de los cambios más relevantes que se deben acometer durante las próximas décadas, para conseguir la completa «descarbonización» de la economía española en la segunda mitad del siglo XXI.

Para ello, el borrador de la ley que prepara el Gobierno de Pedro Sánchez fija como objetivo alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de dióxido de carbono, y plantea que a partir de 2040 ya no se permita la matriculación y venta de ese tipo de automóviles. La ley establece además la obligación de que todos los municipios con más de 50.000 habitantes tengan que contar con «zonas de bajas emisiones» antes de 2023.

Respecto al transporte por carretera, el Gobierno prevé elaborar un estudio sobre la imposición de gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías por el uso de determinadas infraestructuras.

La norma sobre cambio climático y transición energética que prepara el Gobierno espera, además, fijar como obligatorio la instalación de puntos de recarga eléctrica en las instalaciones de suministro de combustibles y carburantes en distintos plazos y en función de su volumen de ventas.

Arturo Pérez de Lucía, el presidente de Aedive, la asociación para el impulso de la movilidad eléctrica, le ha asegurado a Cinco Días que este anuncio «es positivo». «Plantea objetivos claros y temporales en línea con los de la descarbonización del transporte y de una Ley de Cambio Climático que tiene que dar respuesta a los requerimientos que se nos exige (…) desde la Comisión Europea», ha señalado.

Además, Pérez de Lucía ha remarcado la necesidad de diseñar estrategias que impulsen el vehículo eléctrico, que «deberán implicar necesariamente ayudas a la compra, una fiscalidad verde adecuada y actuaciones que refuercen la apuesta industrial, tecnológica y de servicios vinculados a una movilidad que apuesta por la descarbonización, por la eficiencia energética y por la calidad del aire».

La propuesta del Gobierno, han explicado fuentes del Ministerio, es similar a la del Reino Unido, que ha anunciado que prohibirá la venta de coches diésel y gasolina en 2040 y que en 2050 ya no podrán circular.

Francia también ha anunciado que prohibirá la venta de coches de combustión en 2040, según la misma fuente, que ha precisado que Dinamarca, Irlanda, Alemania y Holanda pretenden lograrlo en 2030 y Noruega en 2025.

La crisis del diésel y el auge de los coches de gasolina

Los coches que usan gasolina representaron el 46,6% de las ventas en 2017, solo dos puntos por detrás de los vehículos diésel, que en los últimos años han ido perdiendo terreno en favor de la gasolina. Estos últimos emiten más CO2, un gas de efecto invernadero; y los de gasóleo emiten más NOx (dióxido de nitrógeno), un gas dañino para la salud de las personas, motivo por el cual, este carburante ha sido muy criticado. La ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, se manifestó en contra del gasóleo el pasado mes de julio: «El diésel tiene los días contados (…) su impacto en la calidad del aire es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida».

La mala fama que se fue ganando el diésel ha provocado que sus ventas bajasen año tras año, hasta que por fin, en 2018, las matriculaciones de gasolina han superado ampliamente a las de los automóviles diésel. Hasta octubre, el 57,1% de las ventas han sido vehículos de gasolina, 20,5 puntos porcentuales más que los coches que utilizan el diésel. Muy por detrás han quedado los automóviles alternativos (híbridos y eléctricos), que solo han representado el 6,4% de las ventas.

Los fabricantes han pedido al Gobierno «una transición ordenada» hacia los vehículos de bajas y cero emisiones, para que la producción de las fábricas no se vea (y con ello, los empleos) afectada. En este sentido, el presidente Pedro Sánchez ya había anunciado, en el mes de octubre, que el Ejecutivo firmará un «acuerdo estratégico de futuro» para la automoción para darle al sector «una legislación estable», un marco de previsibilidad, inversiones y mejorar la formación. “La ministra de Industria, Reyes Maroto, lo firmará en las próximas semanas”, había dicho Sánchez el pasado mes durante su visita a la fábrica de la firma Renault en Valladolid.

Fuente: Cinco Días