Aunque es difícil sentir lástima por los altos ejecutivos, Nick Read, de Vodafone, puede merecerla. La teleco ha perdido casi un tercio de su valor desde que se anunció su nombramiento en mayo, sin que se haya producido un empeoramiento sustancial del negocio. La estrategia que ha anunciado hoy ayuda a explicar por qué.

El plan tiene tres partes: la central es su objetivo de reducir los costes operativos anuales en 1.200 millones de euros para 2021. También creará una nueva división para gestionar las torres de telefonía móvil europeas, e incluso podría vender una participación minoritaria en ella. Por último, impulsará productos adicionales como la banda ancha rápida y la TV entre sus clientes actuales.

El objetivo es disipar los temores de que reduzca los generosos dividendos, que ascienden a unos 4.000 millones al año. Antes de hoy existía el riesgo de que los recortara, ya que parecía probable que el flujo de caja libre, después de los costes de reestructuración y el pago por el espectro móvil, cayera por debajo de ese nivel este año, y había poco margen para más deuda.

Pero los pagos parecen seguros si Read logra sus objetivos. Supongamos que los 1.200 millones de reducción de costes se hacen efectivos a un ritmo constante en tres años, y que el negocio genera 5.400 millones al año en efectivo. Eso daría a Read unos 18.600 millones en tres años. Deducidos los pagos del espectro y los gastos de reestructuración, que probablemente serán de 4.400 millones en ese período, según la media del último decenio, quedan más de 14.000 millones de flujo de caja libre para dividendos. Mantener estables los pagos costaría unos 12.000 millones en tres años.

Vista con perspectiva, sin embargo, la estrategia es una señal de la difícil situación del sector. Para mantener los pagos, tiene que despedir al personal de los centros de llamadas y valorar la venta de participaciones en activos otrora muy apreciados. La única parte de su plan que se centra en el crecimiento de los ingresos en Europa se reduce a pasar a los clientes a contratos más caros. Aún así, los analistas esperan que sus ingresos apenas se muevan de aquí a 2021. No es de extrañar que tantos inversores hayan decidido desconectarse.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días