El Ministerio de Agricultura medió en la guerra del cava. Frente a la petición del Consejo Regulador de limitar el crecimiento de la superficie en los próximos tres años a solo 0,1 hectáreas y las demandas de gran expansión de los viticultores de Requena en Valencia y de Almendralejo en Extremadura, ha decidido aumentar la superficie en 172 hectáreas sobre una superficie de actual de 36.110 hectáreas. En 2016 las autorizaciones para nuevas plantaciones fueron de 178 hectáreas y de 300 en 2017. Agricultura justifica su actitud por la necesidad de tener un sector que, sin renunciar a su crecimiento, mantenga una posición de equilibrio entre la oferta y la demanda y el sostenimiento de los mercados con rentabilidad.

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Esta decisión adoptado por la Administración central se halla en línea con la tomada para el conjunto del sector del viñedo donde se ha aprobado un incremento de 4.950 hectáreas, que suponen el 0,52% de la superficie plantada a junio del año anterior. En 2016 las autorizaciones para nuevas plantaciones de viñedo fueron del 0,43% de la superficie con un volumen de 4.173 hectáreas y del 0,53% en 2017 con 4.989 hectáreas. En 2018, solo no habrá crecimiento en Rioja.

Enfrentamiento por regiones

Para 2018, 2019 y 2020, el Consejo Regulador del Cava, con un predominio de bodegas catalanas, reclamaba que la superficie dedicada a la producción de vino para el cava quedara prácticamente congelada, no solo por nuevas plantaciones, sino por replantaciones de viñedos ya en producción. Frente a la estabilidad de la superficie en Cataluña con unas 30.500 hectáreas, en los últimos años se ha registrado un fuerte incremento en viñedos para el cava, básicamente en Almendralejo y en Requena con miles de nuevas hectáreas de replantaciones hasta las 3.137 hectáreas en Requena y 1.363 en Almendralejo. Desde el Consejo Regulador se solicitaba igualmente que no se dieran validez a las peticiones de replantación que se hubieran solicitado y concedido en esas zonas, pero que no se hubieran ejecutado. Agricultura ha decidido que esas peticiones están en vigor y se puedan ejercitar.

De esas 172 hectáreas de incremento de la superficie, una tercera parte son nuevas autorizaciones de plantación, otra tercera parte serán para replantaciones y el último tercio, para conversión de derechos en autorizaciones de plantación. La distribución se hará para antes de agosto de 2018 en función de unos baremos ya fijados, donde entre otros conceptos, prima la juventud.

Con esta decisión, oficialmente se entiende que se ha dado una respuesta equilibrada a los intereses de todas las partes, viticultores, bodegueros y a los mercados. A los viticultores de las zonas en expansión al tener la posibilidad de seguir creciendo de forma moderada. A las bodegas ubicadas en Extremadura o en Valencia, porque no tendrán problemas de abastecimiento para crecer en cuanto una parte muy importante de la producción de vino para cava sale hoy hacia bodegas ubicadas en Cataluña. Finalmente, la Administración coincide con el criterio del Consejo sobre la necesidad de que el sector huya de la oferta de cavas en el segmento más bajo y barato de la marca blanca solo para dar salida a excedentes y vaya a cavas de mayor calidad y precio en el segmento premium en beneficio de todo el sector.

El cava tuvo en el último año unas cifras récord con 245 millones de botellas y la exportación de 160 millones con un descenso en ventas en el mercado interior, pero con un aumento en valor y volumen en el exterior. A pesar de ello, una de las amenazas para el sector es el auge de la marca blanca o de la distribución a bajos precios contra la que se pretende luchar con el desarrollo de cavas premium con, entre otras, la figura del «cava de paraje», reservas y grandes reservas.

Fuente: El País