La junta general de accionistas de Ferrovial ha aprobado el proceso de venta abierto e su división de Servicios valorado en unos 3.000 millones de euros, una operación que espera cerrar en torno a este verano, según aseguró el presidente de Ferrovial, Rafael del Pino, en su discurso a los accionistas

Del Pino ha defendido la necesidad de concentrar todos los recursos materiales y humanos en lo que creen que saben hacer mejor, «que es el desarrollo y la promoción de infraestructuras privadas». «Este cambio sustancial en la estrategia de Ferrovial ha sido bien recibido por el mercado. Aunque hemos comenzado hace poco, creemos que la operación estará finalizada en torno al verano», indicó.

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La venta de la división, que emplea a unas 69.000 personas,se hará por patte o en un solo bloque y ha sido encargada a Goldman Sachs. Varios fondos de inversión ya han mostrado su interés. En virtud de esta operación, Ferrovial realizó a comienzos de este año un ajuste de 774 millones para sanear Amey, su lial de servicios británica, para adecuarla a la situación que presenta el sector en Reino Unido por las incertidumbres del Brexit, por el contencioso que mantiene con el Ayuntamiento de Birmingham, con el que tiene su mayor contrato en ese país, y por los recortes presupuestarios británicos.

Esta provisión llevó al grupo a cerrar 2018 en pérdidas, tras las ya contabilizadas en el primer trimestre del pasado año, en esa ocasión por la dotación de 236 millones realizada por este contencioso con Birmingham. El grupo también alcanza su cita anual con los accionistas pendiente de la resolución del Brexit, toda vez que Reino Unido constituye su primer mercado por ingresos. El pasado año le reportó el 32% del total, por delante de España (el 21%), Norteamérica (17%) y Australia (15%).

Pelea entre hermanos

Pese a la importancia estratégica de ese punto del orden del día, la asamblea se ha calentado con la pelea familiar que han protagonizado por carta los hermanos Del Pino. Leopoldo, uno de los principales accionistas individuales del grupo con el 5% del capital, ha pedido por carta al grupo que preside su hermano Rafael que la junta de accionistas no reelija en los puestos de consejeros y vicepresidentes a los exconsejeros delegados de la compañía Santiago Bergareche y Joaquín Ayuso, tal como está previsto en el orden del día.

Pese a esa oposicón, la junta aprobó la reelección de nueve consejeros, entre ellos el presidente, el consejero delegado, Iñigo Meirás, y de los históricos Santiago Bergareche y Joaquín Ayuso, con un apoyo estos últimos del 85,6% y 89,9%, respectivamente.

La empresa ha rechazado públicamente esa petición y ha defendido la permanencia en el consejo de ambos consejeros, al considerarla «muy enriquecedora», ya que cuentan con un «profundo conocimiento» de la empresa.

En la misiva de la discordia, colgada en la web de Ferrovial y adelantada por El Confidencial, Leopoldo del Pino argumenta que Ayuso y Bergareche «exceden con creces el plazo de permanencia máximo de doce años previsto en la ley para los consejeros independientes», puesto que al término del mandato para el que se les propone ahora, sumarían una permanencia entre 20 y 23 años, respectivamente en el cargo.

Además, en el caso de Bergareche, cuenta con 73 años de edad, con lo que contradice el mandato de reglamento del consejo, que fija un máximo de 72 años para ejercer como consejero. «No hay que olvidar, además, que se incorporaron a Ferrovial en 1982 y 1995, respectivamente, por lo que la incertidumbre sobre su independencia que se deriva de la larguísima permanencia en sus cargos se une a los vínculos y estrechas relaciones personales que puedan existir entre ellos y los miembros del equipo directivo de la sociedad, con los que han trabajado a lo largo de los años», añade.

En su respuesta, Ferrovial defiende el «profundo conocimiento de la compañía» con que Bergareche y Ayuso cuentan, «no solo por sus años de pertenencia al consejo, sino también por el desempeño de puestos ejecutivos en el grupo». Por ello, asegura que su «permanencia en el consejo se considera muy enriquecedora».

Tras detallar los cambios registrados en el máximo órgano de gestión del grupo en los últimos años, y la incorporación de independientes, Ferrovial estima que el hecho de que los dos exconsejeros delegados «no puedan clasificarse bajo la categoría de independientes no se ha considerado relevante a los efectos de su reelección». La empresa también señala que Bergareche puso su cargo a disposición del consejo al cumplir los 72 años, pero que el resto de consejeros le invitaron a no dimitir y continuar en el puesto.

Fuente: El País