El escándalo de corrupción destapado en el sindicato de la industria de la automoción en Estados Unidos enfrenta ahora a los gigantes de Detroit. General Motors presentó este miércoles una demanda en la que acusa a su rival Fiat Chrysler de haber sobornado a los dirigentes de la UAW, para así recibir unos términos más favorables en la negociación de los convenios colectivos y obtener una ventaja del lado de los costes laborales.

La acción legal, explica GM, tiene como intención conseguir que el grupo FCA asuma su responsabilidad “por el daño que causaron sus acciones” y garantizar que todos los fabricantes “juegan con las mismas reglas en el futuro”. Su consejero general, Craig Glidden, asegura que su rival “corrompió” los acuerdos de negociación colectiva “pagando millones de dólares en sobornos”.

Esos pagos, continúa, permitió a FCA obtener “beneficios, concesiones y ventajas en la negociación, implementación y administración de los acuerdos laborales”. La trama de sobornos operó durante casi una década (cubre los convenios de 2009, 2011 y 2015) y el principal abogado de GM precisó que contaba con la autorización del equipo ejecutivo al más alto nivel, incluido el difunto Sergio Marchionne.

La acción legal tiene lugar después de que se presentaran cargos a comienzos de mes por fraude y blanqueo de dinero contra Joseph Ashton, un antiguo vicepresidente de la UAW que formó parte de la junta de GM. El sindicato está siendo objeto de una investigación federal por corrupción desde hace más de dos años, en la que hasta la fecha se imputaron a 13 personas. Tres de ellos son ejecutivos de Fiat Chrysler, que aparecen citados en la demanda.

Los títulos de Fiat Chrysler, que está en proceso de negociar ahora el nuevo convenio con la UAW, se dejaban un 4% tras conocerse la acción legal de GM. La compañía respondió diciendo que la demanda “carece de méritos” y por el momento en el que se presenta consideran que tiene como objetivo torpedear el proceso de fusión en marcha con el grupo francés PSA. “Estamos asombrados”, afirman en una nota de prensa.

GM insiste en que la “manipulación” por parte de FCA del proceso de negociación colectiva “resultó en costes laborales injustos y ventajas operativas” que dañaron de manera «significativa» a la compañía. La UAW se limitó a decir que se está concentrando en aplicar las reformas éticas y los controles financieros para garantizar que este tipo de conductas no vuelvan a producirse. El presidente del sindicato, Gary Jones, está de baja.

El escándalo se puso al margen de las negociaciones del último convenio colectivo entre GM y la UAW, pese a las semanas de enfrentamiento que libró la dirección de la empresa con los asalariados afiliados al sindicato. Al final de octubre pasado lograron un pacto para poner fin a la huelga más larga en décadas, que duró 40 días. Ford Motor acaba de adoptar el nuevo contrato laboral sin conflicto.

Fuente: El País