Ikea ha acordado indemnizar con 46 millones de dólares (41 millones de euros) a los padres que demandaron en 2017 a la cadena sueca después de que su hijo falleciera aplastado por uno de sus muebles, según publica The New York Times. Además de la indemnización, la compañía ha acordado reunirse con la organización Parents Against Tip-overs (Padres contra vuelcos).
El fabricante de muebles nórdico cambió el nombre de la cómoda después de que varios niños más fallecieran en las mismas circunstancias. Ikea afirma que ha tomado medidas para incrementar la concienciación sobre el riesgo de que sus muebles puedan volcarse accidentalmente y también ha formado a sus empleados en este sentido. No obstante, subraya que sigue trabajando en la solución de este problema.
En 2016, Ikea retiró de sus tiendas de EE UU y Canadá 29 millones de cómodas de la línea Malm tras la muerte de seis niños en dos años en EE UU después de que el mueble cayera sobre los pequeños cuando intentaban trepar por ellas. A pesar de los accidentes, la compañía subrayó que la cómoda era segura siempre que estuviera anclada a la pared.
Tras lo sucedido, la firma sueca ofreció a los clientes estadounidenses que habían comprado este modelo de mueble la devolución del importe un kit para sujetarlos a la pared.
La noticia se conoció pocos días después de que Ikea retirara del mercado para su reparación los frigoríficos y congeladores Frostfri en España por un posible riesgo de descarga eléctrica. La compañía solicitó a sus clientes que desenchufaran el electrodoméstico inmediatamente y se pusieran en contacto con el servicio de atención al cliente para que un técnico realizará la reparación.
Fuente: Cinco Días