Las subastas del espectro móvil son una pesadilla para los consejeros delegados de telecomunicaciones, que no tienen más remedio que seguir pujando para evitar que sus rivales obtengan las mejores ondas. En Alemania, el último país en vender radiofrecuencias para redes de 5G, el proceso duró casi tres meses y alcanzó 497 rondas antes de recaudar 6.600 millones de euros. Es otro estallido de interferencias para los débiles modelos de negocio de los grandes operadores.

La subasta, que finalizó a última hora del miércoles, vio cómo Deutsche Telekom, Vodafone Group, Telefónica Deutschland y 1&1 Drillisch se aseguraban el espectro utilizable para las redes de próxima generación. Los ingresos se situaron muy por encima de los 4.500-5.500 millones de euros que los analistas esperaban que se recaudaran.

El precio pagado por megahercio en una de las bandas, ajustado por población, fue tres veces superior al de las subastas españolas comparables y un 50% superior al de Gran Bretaña, calculan los analistas de Credit Suisse. El jefe alemán de Vodafone, Hannes Ametsreiter, dijo a un periódico local que estaba “muy descontento”.

La respuesta lógica sería que Ametsreiter y sus colegas cobraran a los usuarios móviles una prima mayor por las conexiones superrápidas. BT Group ha lanzado recientemente ofertas 5G que son aproximadamente un 50% más caras por gigabyte de datos que sus más aburridos servicios 4G, estiman los analistas de Macquarie. Sin embargo, esto solo es posible porque el producto es nuevo y la mayoría de sus rivales aún no lo han lanzado.

En Alemania, la competencia de precios debería ser particularmente feroz, ya que la recién llegada 1&1 Drillisch ha ganado alrededor de 1.100 millones de euros en espectro y, por lo tanto, parece un operador viable a largo plazo.

En los últimos cinco años, los operadores tradicionales de los países con un cuarto competidor han sufrido un descenso del 12% en sus ingresos, según la consultora Rewheel. En los mercados con solo tres actores, los ingresos aumentaron un 6%. Los operadores podrían captar nuevos clientes vendiendo conexiones 5G a fábricas, por ejemplo, pero estos planes son todavía incipientes.

La subasta alemana llega en un momento difícil para las empresas de telecomunicaciones europeas, que están lidiando con el riesgo de una prohibición sobre el controvertido proveedor chino de equipos Huawei Technologies. Esta medida podría sumar 55.000 millones de euros al coste de las redes 5G en Europa y retrasar la tecnología en 18 meses, según un reciente análisis de la industria publicado por Reuters.

El índice Thomson Reuters Europe Telecommunications Services Index, que sigue las acciones de las empresas de telecomunicaciones del continente, ha bajado casi un quinto en los últimos dos años. El caro espectro alemán ofrece pocos motivos para el optimismo.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías

Fuente: Cinco Días