La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia insiste en la conveniencia de eliminar las cabinas de teléfono. Con motivo de la próxima finalización del período en que Telefónica debe hacerse cargo del servicio universal de telecomunicaciones (la conexión y servicio de telefonía fija y los teléfonos públicos de pago), el supervisor de la competencia publica un informe en el que subraya “la necesidad de suprimir este servicio” (el de las cabinas) por el “abandono de su uso”.

El servicio universal, recogido en la Ley General de Telecomunicaciones tiene como objetivo que todos los ciudadanos tengan acceso garantizado as una serie de servicios de telecomunicaciones “con independencia de su localización geográfica, con una calidad determinada y a un precio asequible”. Es decir, ha de haber conexión telefónica en cualquier aldea, aunque no sea rentable. Este servicio tiene dos patas, la conexión y servicio de la red fija y las cabinas. Ambos están adjudicados a Telefónica.

Respecto a las cabinas telefónicas, la CNMC señala “de nuevo, la necesidad de suprimir este servicio como elemento perteneciente al ámbito del servicio universal, al haberse constatado el progresivo abandono de su uso, en términos de tráfico de llamadas, de ingresos y de distribución territorial de su uso”, dice el regulador. Recuerda, además, que la actual regulación del Código Europeo de las Comunicaciones Electrónicas ya no incluye las cabinas dentro del servicio universal, si bien autoriza a los Estados a seguir prestando este servicio en determinadas condiciones, que habrán de analizarse.

En cuanto al servicio de conexión a la red pública desde una ubicación fija que permita una conexión de banda ancha de al menos 1 megabyte por segundo (Mbps), el regulador pide que se elimine el límite de 5 gigabytes al mes a velocidad de 1Mbps que actualmente establece Telefónica. Superada esa cantidad de datos, la velocidad pasa a ser de 128/64 Kbps. Pide además, elevar esa velocidad garantizada (a través de la modificación de la Ley General de Telecomunicaciones), puesto que no existen en el mercado prácticamente ofertas de menos de 10 Mbps. De hecho, el objetivo europeo es que en 2020 toda la población tenga una conexión de al menos 30 Mbps.

Fuente: El País