La cultura sonríe a medias ante los Presupuestos Generales del Estado para 2018. Tras años de recortes y congelaciones, la partida destinada a las artes experimenta una subida. Un 4,4%, en concreto, de los 803 millones de 2017 a los 838 de los que dispondrá el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte para la gestión de este sector en 2018. En términos relativos, sin embargo, las artes no se mueven ni un milímetro: apenas reciben el 0,2% del gasto general, al igual que el año pasado, pese a representar el 2,5% del PIB, según cifras oficiales. Y pese a la frase que se puede leer en el Libro Amarillo presentado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro: “La política de Cultura es un elemento vertebrador de la identidad cívica”. La Secretaría de Estado de Cultura ha visto incrementado su presupuesto un 4,92%, hasta alcanzar 569,1 millones de euros.

MÁS INFORMACIÓN

Tal vez consuele al sector el recuerdo de los 721,21 millones que el Gobierno del PP destinó a las artes en 2013. Queda lejos, en cambio, la memoria de los 1.050 millones para la Cultura del último presupuesto del Ejecutivo socialista, en 2011. De ahí que la principal alegría sea la bajada del IVA sobre las entradas de cine, que pasa del 21 al 10%. Siempre y cuando, eso sí, el Gobierno consiga aprobar a finales de abril unos presupuestos para los que, actualmente, no tiene apoyos suficientes.

En España había 833 salas de cine en 2012, año en que el Gobierno del PP subió el IVA cultural del 8 al 21%. En 2016, quedaban 719, según el Anuario de la SGAE. El secretario de Estado de Hacienda, Enrique Fernández-Moyanes, sostuvo que estos cines ahora ahorrarán unos 70 millones gracias a la bajada del IVA y recordó, como ya dejó claro Montoro, que esperan que los exhibidores reaccionen bajando los precios, ya que su objetivo es un beneficio “para el consumidor” y no para la industria. Los dueños de salas han destacado a lo largo de estos años que ya han reducido el precio medio (hasta 5,99 euros) y que apenas tienen margen para más descensos. El séptimo arte era el único que aún sufría por el ivazo de 2012. Poco a poco, el Ejecutivo ha rebajado la presión sobre los distintos apartados culturales: el año pasado se beneficiaron los espectáculos en directo y quedó excluido únicamente el cine.

La dotación para Museos es una de las más beneficiadas por la subida: aumenta un 4,1%, de 151 a 157 millones. Crecen especialmente los fondos para el Museo del Prado (un 7,6%), de 46 a 49,7 millones. «Para la puesta en marcha de las actividades incluidas en el Programa Conmemorativo del Bicentenario del Museo y las obras en el campus del Museo del Prado», lo explica el documento presentado por Montoro. El Reina Sofía obtiene 39,5 millones, con un aumento de 1,6 respecto al año pasado. Y la Fundación Thyssen-Bornemisza, que gestiona el museo homónimo, recibirá 5,6 millones de euros. Se trata de un aumento del 6,7% respecto a 2017, cuando el centro sufrió un recorte del 13%: es decir, el Thyssen no recupera su dotación de 2016, que superaba los seis millones. 

Suben también las dotaciones para los programas relacionados con la administración, conservación, restauración y protección del Patrimonio Histórico: 155 millones, un 9,4% más. Entre otras razones, destaca «el incremento en las inversiones para el diseño y ejecución del equipamiento museográfico necesario para la puesta en marcha del Museo de Colecciones Reales».

Muchas de las principales partidas culturales, en cambio, reflejan inmovilismo, como las destinadas al cine, el teatro o la música. Las tres aumentan, pero en cantidades y porcentajes muy limitados. Las artes escénicas sufrieron un recorte del 5,4% en su dotación el año pasado, que ahora no recuperan: el fondo pasa de 50,6 a 51 millones en 2018. Parecida es la mejora para la música, de 99,6 a 100,7 millones.  

El séptimo arte pasa de 84,8 a 85,6 millones (0,9%), con 71 para el Fondo de Protección a la Cinematografía, del que salen las subvenciones públicas a las películas. Aunque la cifra precisa, por última vez, una segunda lectura: los 71 millones han de repartirse entre las ayudas a priori a nuevos proyectos, que se presenten y rueden actualmente, y el pago que todavía se debe a filmes estrenados en 2016, ya que la anterior Ley del Cine, reformada entretanto, entregaba los fondos a posteriori, dos años después del debut en salas. La cantidad a repartir, casi idéntica a la del año pasado, es considerada por tanto insuficiente por prácticamente cualquier productor cinematográfico de España. Ambos modelos llevan tres años conviviendo: en 2019 ya solo quedarán las subvenciones antes y durante la producción.

Los apartados de Archivos y Bibliotecas aumentan sus partidas: la primera pasa de 26,4 a 27,6 millones (sube un 4,6%) y la segunda crece de 43.6 a 47 millones (7,7% más), «recogiendo dotaciones para desarrollar las previsiones contenidas en la Ley de la lectura, del libro y de las bibliotecas». Un informe de los editores denunció hace un año el estancamiento de la lectura en España: más de un tercio de la población lee «nunca o casi nunca», según distintos estudios. El mismo documento señalaba que, si bien la cantidad de bibliotecas se ha mantenido, su servicio ha empeorado: están abiertas menos horas, sus colecciones envejecen, prestan mucho menos y solo las aprovecha uno de cada cuatro ciudadanos. 

Fuente: El País