La educación tiene todavía un largo camino que recorrer para alinearse de acuerdo a las necesidades que exige, a día de hoy, el mercado laboral. Una mano de obra que se precisa más digital y experta en nuevas tecnologías, pero que a su vez no recibe la correspondiente formación en el ámbito académico; si no es mediante cursos especializados y de alto coste al más alto nivel.

Bien es cierto que el cambio de paradigma se está produciendo a una gran velocidad y parece muy complicado actualizar los programas educativos a ese ritmo. Según el Foro Económico Mundial, el 65% de los niños que hoy cursa Educación Primaria tendrá en el futuro un puesto de trabajo que todavía no existe.

No obstante, la Administración Pública no parece priorizar en una legislación educativa innovadora y pensada a futuro. Los planes se mantienen anclados y obsoletos, lejos de un entorno digital, donde convivirán las nuevas generaciones. Según datos de Infojobs, el 47% de las grandes empresas en España mantiene que aumentará la contratación de perfiles IT y, y para 2020 estos puestos aumentarán un 10%, tal y como afirman desde la Agenda Digital de la Comisión Europea.

Nuevas profesiones para las que no hay expertos perfectamente cualificados. Un macroestudio del think tank británico Fast Future vislumbra 110 nuevas ocupaciones en 2030, todas relacionadas con un nuevo entorno totalmente digitalizado, donde el conocimiento tecnológico será requisito indispensable.

En un contexto donde una gran parte de nuestras vidas, tal y como las conocemos a día de hoy, estarán automatizadas, los esfuerzos de la sociedad en materia educativa deben ir alineados en busca de nuevos objetivos para evolucionar hacia un mundo donde la tecnología será, y es, nuestro principal motor.

Los planes educativos, desde Educación Primaria, continúan enfocados en una metodología tradicional basada en la memorización masiva para superar una prueba, dejando en un segundo plano la comprensión y asentamiento de dichos conocimientos. Una dinámica que carecerá de sentido cuando las propias personas ya estén conectadas a la red continuamente y puedan acceder a cualquier tipo de información.

Existen pequeños nichos preocupados por preparar a los profesionales del futuro, aunque no están alineados por la falta de una legislación avanzada y moderna 

En esta línea el paso por la Formación Obligatoria (Primaria y Secundaria) debe virar hacia un entorno más analítico, descriptivo y, sobre todo, reflexivo, que mejore las aspiraciones del alumno y le enriquezca contribuyendo a su desarrollo laboral.

No obstante, no todo es tan negativo y sí existen empresas e instituciones mentalizadas e involucradas en preparar talento digital para el mercado laboral del futuro. La Comisión Europea puso en marcha a mediados del año 2018 el Plan de Acción de Educación Digital, dentro del Área Única Educativa 2025, donde planea una guía de apoyo a los Estados Miembros de la Unión Europea para afrontar los retos y oportunidades digitales en materia educativa.

También en España hay compañías concienciadas con esta circunstancia y trabajan preparando los perfiles tecnológicos y digitales que demanda el mercado. Ironhack, por ejemplo, es una escuela especializada en formación para el sector digital en la que se imparten cursos de Diseño de Experiencia e Interfaz de Usuario, de Desarrollo y Full Stack o Data Science.

O los conocidos Bootcamps, donde los profesionales pueden ampliar sus conocimientos y enfocarse a las nuevas profesiones. No obstante, ahí radica el problema. Es el usuario quien, por propia voluntad, toma el control de su reinvención hacia el entorno digital, cuando debería ser la Administración la que legislara y determinara ese cambio motu proprio.

En definitiva, existen pequeños nichos preocupados por preparar a los profesionales del futuro, aunque no están alineados debido la falta de una legislación avanzada y moderna en materia educativa.

Circunstancia por la que el cambio social, pide a gritos de uno político. Algo que se está llevando con cierta lentitud. Más si cabe, en un mundo como el tecnológico, que está cambiando el paradigma y la manera en la que tenemos de relacionarnos, trabajar y vivir, y que avanza a tal velocidad.

José Luis Gugel es fundador y director general de The Key Partner

Fuente: El País