El País Vasco tiene un problema de 200 millones. Ha previsto ese ingreso en su presupuestos de 2018. Procede de las compensaciones en el IVA de la factoría de Mercedes Benz en Álava. Pero la nueva organización societaria de la multinacional alemana amenaza con provocar que ese dinero no llegue nunca a las arcas de la diputación alavesa y se quedará en las del Estado.

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Hasta el pasado año en virtud del Concierto Económico vasco y de las relaciones financieras entre Madrid y Vitoria, la Hacienda de Álava no ganaba por el IVA de Mercedes, pero tampoco perdía. Pero ahora la situación cambia. A partir de 2018 la Hacienda de Álava dejará de contar con los ingresos de la importación y tendrá que devolver a Madrid el que le declara e ingresa la industria auxiliar de la multinacional.

La planta de Vitoria exporta el 90% de su producción y las ventas al exterior se realizan sin IVA, pero la empresa sí debe abonarlo a sus proveedores y estos a la diputación, que a su vez ha de ingresar en la Hacienda del Estado. En total, se trata de unos 200 millones, según estimaciones que maneja la propia administración vasca, cuando, por ejemplo, el sistema de cobertura social, la renta básica denominada Renta de Garantía de Ingresos y el Complemento de Vivienda, costará para todo 2018 un total de 490 millones.

Mercedes genera el 3% del PIB vasco  en la planta de Vitoria y sus exportaciones representan más del 10% de la balanza comercial autonómica. Se trata casi de un problema de Estado. La Comisión Mixta del Concierto Económico acordó en mayo constituir un grupo de trabajo bilateral entre ambos Ejecutivos para analizar las fórmulas técnicas que puedan dar una solución sobre la fiscalidad de Mercedes en Álava. Sin embargo, no se han producido, de momento, avances como para pensar en una inmediata resolución y PNV, PSE y el PP vasco ya han cerrado un acuerdo para aprobar los presupuestos en diputaciones y Gobierno. Cuentas que echarán a andar en apenas cuatro semanas.

Aunque el Congreso de los Diputados aprobó la actualización del Concierto y el nuevo Cupo el pasado 23 de noviembre, tanto la comisión bilateral del Concierto, como las eventuales negociaciones para los Presupuestos Generales del Estado siguen paradas, condicionadas, sobre todo, a que el conflicto de Cataluña entre en una nueva fase tras las elecciones del 21-D sin la intervención del Estado.

El conflicto de Mercedes representa la cruz del Concierto Económico y de la organización interna de Euskadi. Las previsiones de ingresos para 2018 se cerraron el pasado 11 de octubre en el Consejo Vasco de Finanzas y si luego estos no llegan según lo previsto, las administraciones vascas tendrán que recurrir a la deuda, o recortar servicios. Si superan las previsiones, hay dinero extra. Esos 200 millones se dejarían de recaudar en Álava, ya que cada provincia tiene su propio sistema tributario, con una recaudación independiente aunque coordinada.

Pero todo ese dinero se distribuye después entre administraciones y el 70% -de lo que ingresan Álava, Bizkaia y Gipuzkoa- financia al Gobierno vasco. De los 200 millones, 140 se incorporan a los ingresos del Ejecutivo autonómico. Álava recaudó en total el año pasado algo más de 2.000 millones de euros de los en torno a 13.500 que se recaudaron entre las tres haciendas. El presupuesto vasco para 2018 asciende a 11.486 millones, el 3,9% más que los actuales. El resto -de la recaudación total a los 11.486 del presupuesto del Gobierno de Íñigo Urkullu- es para financiar las competencias exclusivas que tienen las Diputaciones forales.

Los mismos impuestos

La multinacional comunicó con antelación a las instituciones vascas que se podría producir ese efecto con el nuevo esquema societario. Daimler Benz pagará los mismos impuestos, pero Álava no podrá compensar un IVA con otro. Mercedes Benz España SAU, ha segregado tres unidades de negocio y se han constituido tres nuevas sociedades: Mercedes-Benz Trucks España, Mercedes-Benz Vans España y Mercedes-Benz Parts Logistic Ibérica. La reorganización se produce además, en un momento en el que Mercedes Benz va como un tiro. La planta está en cifras récord de producción por tercer año consecutivo con una previsión de sacar 148.000 vehículos este año y el 6% más en 2018 hasta los 157.000 de los modelos Clase V y Vito.

Y eso que en 2009 planteó un expediente de regulación de empleo (ERE) de suspensión de jornada y la producción cayó hasta los 54.600 vehículos, la cifra más baja que se recuerda desde los 38.000 de 1996. Es decir, el problema de las haciendas vascas y Mercedes no es un problema más. El incremento de plantilla en los últimos años, que cerrará 2017 con la incorporación de 1.350 empleos indefinidos más, la convierte en la principal planta industrial de todo Euskadi, con casi 5.000 empleos directos y 12.000 indirectos. El 17% de los trabajadores en activo de Álava lo hacen de forma directa o indirecta para la multinacional Daimler Benz.

Fuente: El País