El mercado laboral en Estados Unidos sigue creando empleo con solidez. El pasado mes de noviembre se registraron 228.000 nuevos ocupados. Es un rendimiento mejor de lo esperado, pese a que se modera ligeramente frente al mes de octubre. La tasa de paro se mantiene en el 4,1%. El indicador, por tanto, da vía libre a la Reserva Federal para que suba los tipos de interés la próxima semana.

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El consenso de Wall Street anticipaba la creación de 195.000 empleos. La primera estimación para el mes de octubre que se dio hace un mes se rebaja a 244.000 nuevo ocupados, frente a los 261.000 anunciados. La lectura de septiembre, que coincidió con el efecto de los huracanes, se revisó al alza, de 18.000 a 38.000 ocupados. El índice de desempleo, por su parte, está al nivel más bajo en 17 años.

Es la confirmación de que la economía avanza firme y una señal definitiva para que el banco central siga retirando los estímulos que activó hace una década para hacer frente a la crisis. Lo que se espera es que la Fed eleve otro cuarto de punto el precio del dinero, a una banda entre el 1,25% y el 1,5%. Será la tercera subida este año y la quinta en el proceso de normalización que arrancó hace justo dos años.

Janet Yellen, la presidenta saliente de la Reserva Federal, ya indicó la semana pasada en su comparecencia ante el Congreso, que estaba todo alineado para el incremento de tipos. Lo mismo dijo Jerome Powell, que al defender su candidatura a la sucesión, dijo que su intención es dar continuidad a la estrategia de retirada gradual de los estímulos. Sin embargo, también se mostró flexible al manejar la política.

La gran pregunta en este momento es qué pasará en 2018. La Fed tendrá nuevo presidente a partir del 4 de febrero y también se deben cubrir varias vacantes entre sus gobernadores. En paralelo, debería entrar en vigor la reforma fiscal, que incluye rebajas en los impuestos. La encuesta interna del banco central anticipa tres subidas más de tipos, pero no se descarta que puedan ser cuatro, una al trimestre.

Los robustos datos económicos, con el producto interior bruto creciendo a una tasa anualizada próxima al 3%, no se están trasladando aún a los salarios. Las remuneraciones crecieron solo dos décimas en el mes y deja el incremento anual en el 2,5%. Eso, por el momento, mantiene controlado el riesgo inflacionista, lo que a su vez da margen a la Fed para modular su estrategia con cautela.

Fuente: El País