La actuación de cuatro grandes arquitectos en el mayor solar sin edificar que queda en Sevilla, en los terrenos de la antigua fábrica de Cruzcampo, se presentó a bombo y platillo en septiembre de 2006, cuando la capital andaluza quiso entrar en el club de las ciudades firmadas por proyectistas de fama internacional. Arata Isozaki, Norman Foster, Jean Nouvel y el sevillano Guillermo Vázquez Consuegra iban a proyectar una manzana de viviendas cada uno en los casi 200.000 metros cuadrados que el grupo Urvasco adquirió a la cervecera holandesa Heineken, propietaria de la centenaria marca sevillana.

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El trasvase, que incluyó la recalificación de un suelo industrial en urbano, permitió a la cervecera levantar una nueva fábrica a las afueras de Sevilla con una inversión de 320 millones de euros. Pero la crisis del ladrillo afectó a la promotora, que tuvo que entregar el suelo a los bancos y la operación se frustró antes incluso de que los arquitectos realizaran los anteproyectos.

Ahora, después de 13 años de parón, la Gerencia de Urbanismo del Ayuntamiento de Sevilla tramita la licencia del plan de urbanización que estará lista a principios de 2020 y que está presupuestado en unos 14 millones de euros. La inversión en la operación completa rondará los 300 millones, según fuentes municipales; frente a los 750 millones que se anunciaron para el proyecto inicial. La empresa Anida Operaciones Singularesdel Grupo BBVA, y el Ayuntamiento de Sevilla (con casi un 29% del terreno que recibió en 2006 cuando se hizo la recalificación del suelo) encabezan la lista de propietarios.

Al solar de Cruzcampo, con 196.283 metros cuadrados, se han sumado también los 41.985 metros cuadrados de un terreno contiguo que ocupaban antiguas oficinas de Abengoa y que se destinará, en su mayoría, a usos terciarios. En total, son cerca de 24 hectáreas por edificar que conformarán un nuevo barrio. «En la ciudad consolidada, no en la periferia donde todavía se puede crecer, éste es el mayor solar que queda sin edificar. Un proyecto muy ambicioso que estaba enquistado, que logramos desbloquear en 2016 y que ahora, una vez cumplidos todos los trámites necesarios, se va a ejecutar», ha explicado este viernes Antonio Muñoz, delegado de Hábitat Urbano, Cultura y Turismo del Ayuntamiento de Sevilla.

La junta de compensación, en la que están representados todos los propietarios del suelo, tendrá dos años, a partir de que se conceda la licencia, para ejecutar el plan de urbanización que incluye la construcción de viales, espacios libres y un parque de 70.000 metros cuadrados. Después, comenzará la construcción de las 1.963 viviendas proyectadas, de las cuales 890 son de VPO. La Empresa Municipal de Vivienda, Suelo y Equipamiento de Sevilla (Emvisesa) construirá unas 162 viviendas de VPO, el resto lo hará el sector privado. El nuevo barrio tendrá además de una comisaría de Policía Nacional, de cuya construcción se ocupa el Ministerio del Interior, una parcela educativa y distintos equipamientos. Mientras que en el antiguo terreno de Abengoa está previsto que se construya un centro comercial (con una superficie construida de 48.409 metros cuadrados); además de una parcela dedicada a minoristas y casi 10.000 metros cuadrados destinados a espacios libres.

«Después de que se frustrara la gran operación urbanística de la mano de arquitectos de prestigio internacional, se ha desbloqueado el proyecto, que será distinto pero no menos importante para la ciudad. Claro está que desde Urbanismo no podemos imponer un determinado estilo en las edificaciones, pero estaremos pendientes para que se haga buena arquitectura», ha afirmado Muñoz, quien confía en que las viviendas estén listas en 2022.

Fuente: El País