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La recuperación de Wall Street se ha quedado a medio camino en el otro lado del Pacífico. Los mercados asiáticos, que sufrieron el lunes un importante descalabro, vivieron este martes otra jornada de fuerte volatilidad que dejó resultados mixtos al cierre, señal de que el comportamiento de los inversores en Estados Unidos sigue generando dudas en la región.

Los principales parqués del continente abrieron con fuertes subidas siguiendo la senda de la noche anterior en Wall Street, unas ganancias que se erosionaron mientras avanzaba la jornada y los futuros de los índices estadounidenses se situaban en terreno negativo.

En Japón, donde el principal índice se dejó el lunes un 4,7%, el Nikkei subía un 3% a media sesión, pero cerró con unas ganancias exiguas del 0,16%. El selectivo hongkonés experimentó una evolución similar, y a falta de pocos minutos del fin de la jornada perdía un 0,4%. El Kospi surcoreano cerró con una bajada del 2,3%, prácticamente idéntica a las del lunes, y Shanghái se dejó un 1,82%.

El fuerte cambio de tendencia ocurrió al tiempo que los futuros de Wall Street señalaron otra apertura a la baja: los del Dow Jones perdían un 0,9%, los de S&P un 0,8% y los del Nasdaq bajaban un 0,6%.

La perspectiva de una rápida subida de los tipos en Estados Unidos, que desató la tormenta el viernes pasado, preocupa por el efecto en cadena que pueda tener en la región, donde la economía de varios países sigue vinculada a los estímulos de sus bancos centrales.

Aunque los analistas consideran que los fundamentos de las economías del continente son sólidos, el endurecimiento de la política monetaria supone un desafío en países como Japón o China. Pekín, aunque ejerce un control férreo sobre los flujos de capital que le hace menos vulnerable a los vaivenes globales, ha recurrido en los últimos años al crédito para impulsar su economía.

Otro temor para la región radica en que una rápida subida de los tipos en EE UU desencadene una abrupta salida de capitales en estos mercados emergentes que contribuya a la inestabilidad.

Fuente: El País