Level gana altura. La marca del grupo IAG para los vuelos de largo radio low cost suma nuevos destinos para no perder pie en la disputa por el mercado aéreo transoceánico desde Barcelona. La compañía ha estrenado una conexión directa entre la capital catalana y Santiago de Chile, con el objetivo de reforzar su presencia en Latinoamérica, una «tierra de oportunidades», según palabras de Vincent Hodder, consejero delegado de Level. Las dos frecuencias semanales a Chile se doblarán a finales de julio, coincidiendo con el lanzamiento de los viajes entre Barcelona y el aeropuerto JFK de Nueva York. El crecimiento de Level se sustenta en el apoyo que recibe de Iberia, que le presta los pilotos, la tripulación y los aviones para no perder influencia en el aeropuerto de Barcelona y evitarse sustos con la competencia.

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Los viajes económicos de largo alcance agitan el cielo. Norwegian anunció hace unas semanas que conectará España con Perú con siete frecuencias semanales, una oferta que ahora está concentrada únicamente en Madrid, en manos de Latam y de Iberia. Norwegian no ha concretado cuando activará comercialmente sus vuelos pero tiene previsto ofrecer la conexión peruana directa despegando desde Barcelona, una operación que ha trastocado los planes de su principal competidor: Level. Porque en Perú, quien golpea primero, golpea dos veces. La normativa española limita el número de licencias para unir ambos países y, con los siete permisos ganados por Norwegian en la última puja ante Aviación Civil, Level se ha quedado sin opciones. Vincent Hodder admite que la anticipación de los noruegos desplaza a Lima de «la lista de prioridades». A menos que su hermana mayor, Iberia, le ceda alguna de las diez conexiones que explota y que emplea para unir Madrid con Lima. Una opción poco probable.

El grupo IAG, paraguas que engloba a British Airways, Iberia y Vueling, creó la marca Level en verano de 2017 para no perder hegemonía en el aeropuerto de El Prat, sin la necesidad de tener que desmigajar a Iberia, aposentada en Barajas. Iberia le cede aviones y personal a Level, en una relación que Vincent Hodder califica de «fantástica», pero con una línea roja: no se pueden poner en riesgo los recursos ni la infraestructura del hub de Madrid. «Cuando Level pueda sumar más aviones a su flota, sumará nuevas rutas y nuevos mercados», concede Hodder.

Tras algunos proyectos titubeantes que terminaron en retirada, caso del vuelo a Punta Cana y de la conexión con Los Angeles, Level ha afianzado sus operaciones. Compite con Norwegian en San Francisco y, además de la inmediata apuesta por Nueva York, busca hueco en el este norteamericano con un vuelo directo a Boston. Pero la batalla por el largo alcance no da tregua. Según los datos de Aena, el tráfico entre España y Perú sumó 740.000 pasajeros en 2018, el cuarto mercado de Sur América, solo superado por Colombia, Argentina y Brasil. El flujo con Chile no alcanzó el medio millón de viajeros. Cada espacio de cielo se estudia como un filón de oro, tan escaso como valioso. Una vez desaparecida la competencia que suponía la oferta de Aerolíneas Argentinas, el vuelo sin escalas desde El Prat a Buenos Aires se ha convertido, por ocupación y rentabilidad, en el mejor negocio de Level.

Exprimir los destinos a América Latina desde Barcelona se ha fijado como una estrategia a seguir, pese a las reiteradas insinuaciones de un supuesto interés en volar a Tokio, una opción inexistente en Barcelona y largamente ansiada. «Estamos interesados en Tokio, como lo estamos en otros destinos que nos parecen buenas opciones», apunta Vincent Hodder, antes de reconocer que hay preferencias: «el vuelo a Buenos Aires desde Barcelona nos dice que debemos estar más interesados en Suramérica». La irrupción en este escenario de los morros rojos de Norwegian, que hasta el momento desde España solo volaba hacia el norte de América, obliga a IAG a mover ficha. Pero, para que Level vuele, el apoyo de Iberia es fundamental. La low cost asegura que en sus planes entra alcanzar los diez aviones basados en Barcelona antes de 2025. De momento, tiene tres. Serán cuatro a partir del verano.

Fuente: El País