Las condiciones para que los centros de datos funcionen de forma óptima son muy específicas. Se invierten miles de euros para acondicionar los espacios que van a acoger a los discos duros y los procesadores que conforman lo que comúnmente llamamos la nube, pero hay ocasiones en las que mantener los niveles de temperatura y humedad adecuados parece una tarea de titanes. Especialmente para aquellos que tienen que sobrevivir en los ambientes más hostiles del planeta. La revista DCD Global recopila cuáles son y dónde están los centros de datos que tienen que funcionar en las condiciones más extremas.
- Bajo el mar
A un kilómetro de la costa oeste de Estados Unidos, en pleno Océano Pacífico, se encuentra el centro de datos Natick, desarrollado por Microsoft. A principios de 2016, consiguieron encontrar la forma de ubicar todos los racks en un recipiente de presión lleno de hidrógeno. Las ventajas de esta iniciativa son varias, pero la que más destaca es la facilidad para controlar la temperatura. El funcionamiento de los sistemas de un centro de datos hace que generen muchísimo calor y una temperatura elevada puede estropear el hardware y afectar al rendimiento. En este caso, la temperatura del agua del Pacífico ayuda a regular el calor que genera el centro de datos. Además, el terreno fuera de la costa es barato y está relativamente cerca de grandes poblaciones.
- Búnker nuclear
En Fort Pierce, Florida, hay un centro de datos instalado en lo que fue un búnker nuclear. Durante la Guerra Fría, el lugar que ahora está repleto de procesadores y memorias de ordenador, sirvió como un refugio para posibles ataques. Se abrió por primera vez en 1964, fue construido con doble capa de hormigón reforzado con acero y un refuerzo de casi tres metros de espesor contra explosiones. La instalación tiene dos entradas externas con puertas blindadas de acero y reune las condiciones para ser uno de los centros de datos más seguros del mundo. La empresa responsable, Data Shelter, lo inaugurará en la primavera de este año y espera dar servicio «a los proveedores de la nube, entidades gubernamentales, instituciones financieras, aerolíneas y otras empresas que han experimentado las limitaciones de una instalación menor».
- Up in the air
Después de ver el Tesla de Elon Musk en el espacio hay pocas cosas que hayan viajado fuera de la tierra que nos puedan impresionar. Fue precisamente la misma empresa, SpaceX, la que participó en el lanzamiento del cohete Falcon 9 a la Estación Espacial Internacional el pasado agosto. En este viaje también se encontraba la supercomputadora de HPE, denominada Spaceborne Computer. El sistema es un proyecto que tiene como objetivo ver si es posible diseñar un ordenador comercial de durabilidad poniéndolo a prueba con las duras condiciones del espacio. La ubicación de la estación espacial, en una órbita terrestre baja, es un lugar delicado para este tipo de superordenadores porque está expuesto a más radiación que puede degradar la tecnología a lo largo del tiempo.
- En el desierto
Cada uno de los racks del superordenador más potente de España, el Mare Nostrum 4, expulsa tanto calor como 20 secadores de pelo conectados a la vez. Si aquí ya es una tarea delicada mantener el superordenador a una temperatura adecuada, imagina lo que debe costar la refrigeración en mitad de Oriente Medio. Kuwait y Dubai son el hogar de las ciudades más calientes del mundo, con temperaturas en verano que regularmente superan los 44ºC. Las dos ciudades también se caracterizan por su gran demanda de datos, lo que hace necesario que se instalen centros que puedan procesarlos y almacenaros. En estos casos, la refrigeración por aire se queda corta y es necesario utilizar agua fría para bajar la temperatura de los superordenadores. A pesar del coste del agua en la región, eso todavía ahorra 148 mil dólares al año en relación a lo que costaría enfriarlo por aire.
- A casi cinco kilómetros de altitud
El famoso radiotelescopio Large Millimeter Array de Atacama (ALMA) está a 5 kilómetros sobre el nivel del mar en los Andes chilenos, en un lugar privilegiado para observar el universo. Allí, recopila y procesa toda la información que recoge en el centro de datos de mayor altitud del mundo: el ALMA Correlator. La instalación ejecuta hasta 17 cuadrillones de operaciones de procesamiento de imágenes por segundo. Necesita el doble del flujo normal de aire de refrigeración para una instalación equivalente, ya que la atmósfera a esa altura es más delgada. La capa fina de aire y el riesgo de terremotos hacen que se descarte el uso de discos duros.
De lo más alto a lo más profundo: actualmente hay muchos centros de datos subterráneos, pero el más profundo del que se tiene noticia es el Cavern Technologies, a 12 km de profundidad en Kansas. Las cuevas del Lenexa son formaciones naturales de cal, que albergan un parque empresarial de 279 mil metros cuadrados y una parte importante de los archivos nacionales de Estados Unidos, incluyendo la autopsia del presidente Kennedy.
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Fuente: El País