Ya hace cuatro años que los ingresos por cotizaciones dejaron de caer después de la doble recesión. La crisis rompió la escalada de las cuotas sociales que se pagan a la Seguridad Social en los años anteriores, cuando crecían a un ritmo anual que llegó a rondar el 10%. La racha se cortó en 2008. Ese año comenzó con tasas que mejoraban los niveles de 2007 con mucho, más del 8%. Conforme fueron pasando los meses, las cosas se enfriaban lentamente, hasta que en septiembre quebró Lehman Brothers. Entonces se hundió la economía mundial y el mercado laboral español con ella. También cayó la recaudación de la Seguridad Social, aunque la inercia acumulada hizo que ese año volviera a batir el nivel de ingresos del ejercicio anterior.

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Este año, en cambio, la tendencia es la contraria. En enero la recaudación, que fue de 9.180 millones, crecía algo por encima del 3% sobre el mismo mes de 2016. Este porcentaje ha ido creciendo paulatinamente hasta superar el 5% en agosto, algo que se ha repetido en septiembre y octubre. Durante estos últimos meses los ingresos acumulados del año ya han superado de forma continuada a los de 2008 y de continuar con este ritmo, algo bastante probable, la Tesorería de la Seguridad Social cerrará el ejercicio habiendo recaudado unos 109.000 millones, unos mil millones más que hace casi una década.

Hay que poner un matiz a estos números. El récord se alcanzará en términos nominales, es decir, sin descontar el efecto de la inflación en estos años. Si se realizara esa operación de descuento, esto reduciría su impacto.

Los ingresos de cotizaciones sociales alcanzan un máximo histórico en 2017

Mejora del empleo

El aumento de los ingresos tiene mucho que ver con la mejora del mercado laboral. “La fuente principal de financiación de la Seguridad Social depende de una componente cíclica ligada a la evolución económica y al empleo, que es la que condiciona, junto con la evolución de los salarios, la recaudación por cotizaciones”, expone el informe económico-finaciero que acompaña a los presupuestos del organismo. En los últimos años, se han recuperado 2,3 millones de afiliados. Este año su número crece por encima del 3% y eso ha acabado por notarse en las arcas del instituto previsor.

Sin embargo, la marcha del empleo no lo explica todo. Y eso lo ilustra con claridad el hecho de que en 2008 hubo una media de afiliados con empleo del 18,7 millones y en los primeros 10 meses de este año esa media está justo medio millón por debajo.

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El otro componente que lo justifica es la evolución de las bases de cotización: cantidad sobre la que se calcula lo que se paga al instituto previsor. La media de esta variable básica en la Seguridad Social, especialmente en el régimen general (el de los asalariados), ha aumentado desde 2008. Durante este periodo, en ese régimen han pasado de 1582,19 euros al mes a 1.653,93 euros en julio de este año, según el Ministerio de Empleo.

Esto tiene que ver con la evolución de los sueldos. Según la EPA, en 2008 el salario medio bruto ascendía a 1.774,34 euros mensuales, mientras que el año pasado se situó en 1.878,09 euros. En los primeros años de la crisis, los sueldos todavía mantuvieron una tendencia al alza. Fue más tarde cuando llegó la devaluación de los salarios y su debilidad, que aún se mantiene. Sin embargo, no han llegado a caer al nivel que tenían hace nueve años.

Topes más altos

Otro elemento que explica el incremento de las bases de cotización es el incremento de los topes máximos. En España, en 2017, los salarios más altos solo cotizan por los primeros 3.750 euros mensuales. Si alguien cobra por encima, esa cantidad no cotiza. Pero este tope en 2008 era bastante más bajo: 3.074,10 euros al mes.

También la evolución de las bases mínimas, ligadas al salario mínimo, tiene su parte de responsabilidad: han crecido de 699,6 a 825,6 mensuales. Aunque como recuerda Empleo, el impacto de esto último no es grande. El incremento del SMI este año de un 8% suponen unos 71 millones.

En 2012, el Gobierno tomó una decisión que también ha tenido su impacto en la recaudación: la inclusión de las retribuciones en especie en las cotizaciones. Esta medida fue muy polémica porque, entre otros elementos, se comenzó a cotizar por los cheques de comida que las empresas dan a sus empleados.

Fuentes de Empleo también achacan esta evolución a “mejoras importantes en la gestión por la implantación del sistema de liquidación directa que ya se aplica a todo el sector privado, y al 70% del sector público”. También lo achacan a la reducción de los impagos, que además tienen que soportar un recargo del 20% si se efectúan fuera de plazo, y a la lucha contra el fraude.

Fuente: El País