El pasado mes de julio el ancla de un barco se llevó por delante el cable eléctrico submarino de alta tensión que enlaza Mallorca con Menorca. Una vieja línea que data del año 1975, cuya propietaria, REE, ha descartado reparar finalmente. Ya en octubre, tras haber analizado la avería, el operador del sistema y transportista lo dio por indisponible tras sustraer todo el aceite que refrigera el cable. Ahora, acaba de confirmar al Gobierno de Baleares que no tiene arreglo y que, por tanto, no volverá a funcionar.

Una grave situación teniendo en cuenta que Menorca dispone para su abastecimiento eléctrico de una sola central de generación, la de Mahón que explota Endesa (las energías renovables son apenas testimoniales en la isla). Se trata de una de las escasas térmicas (si no, la única) que quedan en España de fuel y gasoil, combustibles altamente contaminantes. El cable siniestrado forma parte de uno de los dos subsistemas eléctricos del archipiélago, el de Mallorca-Menorca que, junto al de Ibiza-Formentera, completan el sistema insular.

Baleares está interconectada eléctricamente con la península desde 2012, cuando se inauguró el primer cable de 237 kilómetros de longitud y 1.485 metros de profundidad máxima entre Sagunto y Santa Ponsa. Además, REE ha construido otro cable entre Mallorca e Ibiza, que está en pruebas, y proyecta el segundo entre Mallorca-Menorca.

Este nuevo enlace, que figura en la última planificación energética y debía funcionar desde 2015, no implicaba la desaparición del viejo cable (que Endesa construyó y pasó a manos de REE en 2004, cuando el transportista se quedó por ley con todas las líneas de alta tensión del país). Ahora, sin el cable dañado y con varios años por delante hasta que entre en funcionamiento el nuevo, que es un simple proyecto que aún no se ha tramitado, la isla se enfrenta a un serio problema de inestabilidad eléctrica y de seguridad de suministro. Se calcula que la nueva infraestructura no estaría operativa hasta 2020.

En principio, la central de Mahón tiene capacidad suficiente para hacer frente a la demanda de la segunda isla balear: cuenta con una capacidad instalada de 270 MW, suficiente para cubrir las puntas de consumo de la isla, que se producen en verano: 120 MW, el doble que en invierno (ayer la demanda, pese al frío, no superó los 70 MW). Sin embargo, pese a contar con potencia suficiente, Menorca se podría quedar sin suministro en el caso de que la planta sufra alguna parada imprevista.

Aunque Menorca utilizaba solo un 15% de la interconcexión con Mallorca (isla que cuenta con cuatro centrales de ciclo combinado), esta daba estabilidad al sistema y garantizaba el servicio. Además, el funcionamiento permanente de la planta de Mahón incrementará de forma considerable las emisiones contaminantes.

Según indican fuentes de Endesa, la instalación requiere de determinadas inversiones medioambientales (unos 12 millones de euros) para evitar que la Unión Europea pueda imponer su cierre. En este punto, la eléctrica se enfrenta a la negativa de las autoridades municipales y autonómicas, que vienen exigiendo que la planta se reconvierta a gas natural. Si no es así, han advertido que frenarán cualquier inversión utilizando sus competencias en materia energética.

Conflicto político

Una propuesta, rechazada en su día por el Gobierno, por el elevado coste: Menorca no tiene gasoducto y el uso de gas natural licuado (GNL), por barco, requeriría de una planta de regasificación que tampoco se puede construir en el corto plazo y cuyo coste hace inviable esta solución. Baleares cuenta con un gasoducto que une Denia (Alicante) con Ibiza y Palma, pero no con Menorca.

El delegado de REE en Baleares, Eduardo Maynau, reconoció en unas declaraciones recogidas por el diario Menorca, que la causa de la rotura del cable fue el impacto del ancla de una embarcación. Y no se atrevió ha hacer una previsión sobre el futuro de una infraestructura que no se puede reparar.

Según indica este periódico, el conseller balear de territorio, Energía y Movilidad, Marc Pons, ha reclamado una reunión urgente con el ministro de Energía y Turismo, Álvaro Nadal, para tratar sobre la decisión de la empresa de dejar inoperativa la interconexión. Un encuentro que se podría celebrar el 8 de enero con el secretario de Estado de Energía, Daniel Navia.

El Gobierno de coalición de izquierdas, que preside el PSOE con el apoyo de Podemos y los econoacionalistas de MES, pedirán medidas paliativas y que se agilice la construcción del nuevo cable.

Fuente: El País