Estados Unidos y la Unión Europea han aprobado con escasos días de diferencia la autorización de venta de sendos biosimilares de Herceptin, un fármaco superventas contra el cáncer de mama de la compañía Roche. Se trata de dos versiones que entran a competir con el antitumoral biológico del laboratorio suizo a un precio menor, una vez que se ha caducado el periodo de patente.

Están en juego miles de millones de negocio, ya que este fármaco ha sido uno de los productos más revolucionarios en la lucha contra el cáncer en los últimos años. Se trata de un medicamento de los conocidos como biológicos (realizados por biotecnología frente a la síntesis química), de un coste mucho más elevado. Cuando estos fármacos pierden la patente, entran en el mercado los llamados biosimilares (igual que los genéricos se incorporan en el caso de los fármacos convencionales).

La FDA –la agencia del medicamento de EEUU– aprobó el pasado viernes el primer biosimilar de Herceptin (trastuzumab). Se trata del producto bautizado como Ogivri, desarrollado por Mylan, una firma estadounidense especializada en genéricos. Se usa para el tratamiento de cáncer de mama, y también en cáncer de estómago, para pacientes con sobreexpresión del gen conocido como HER2.

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Casi al mismo tiempo, el pasado 20 de noviembre, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) autorizó la comercialización en Europa del biosimilar llamado Ontruzant, de Samsung Bioepis. Para el mercado norteamericano, esta compañía ha licenciado la venta al estadounidense MSD, que debe encargarse de obtener la autorización.

Samsung Bioepis es una joint venture dedicada al desarrollo de biosimilares formada por la división farmacéutica del grupo surcoreano y de la biotecnológica estadounidense Biogen (que tiene un valor bursátil de casi 67.000 millones de dólares).

La entrada de estos biosimilares en el mercado hospitalario se hace a un precio menor que el original, en alrededor de un 20% o 25% menor, lo que provocará a su vez que Roche tenga que bajar precios para competir en algunos países.

Herceptin es uno de los tres fármacos punteros –junto con Avastin y Mabthera– que han hecho despegar a Roche y convertirlo en uno de los tres grandes laboratorios del mundo, a la par que Novartis y Pfizer. El laboratorio suizo ha ingresado hasta septiembre casi 34.000 millones.

Este medicamento facturó para la suiza el pasado año 5.890 millones de euros, al mismo nivel que Avastin y un poco menor que Mabthera. Hasta septiembre, ha generado ventas por 5.233 millones (un 2% más en un año), de los que 1.570 millones viene de Europa (1% más) y 2.000 millones de EEUU (5% más).

Una lucha por 50.000 millones

Los 10 medicamentos biológicos con más ingresos se encuentran en un momento en el que están empezando a competir con sus rivales biosimilares. Se trata de una pelea por un negocio de alrededor de 50.000 millones.

El caso de mayor cuantía es el de Humira, del estadounidense Abbvie, el mayor superventas del mundo. En marzo, la biotecnológica Amgen recibió el visto bueno de la Agencia Europea del Medicamento (EMA) para su biosimilar llamado Solymbic.

El segundo mayor fármaco por ventas del mundo, el antitumoral Mabthera –de la empresa suiza Roche– también dispone de las versiones aprobadas de Sandoz –una de las grandes compañías de genéricos (del grupo Novartis)– y de la surcoreana Celltrion.

Fuente: El País