Santander y BBVA salen indemnes de la reforma fiscal de Trump. La nueva ley, que entrará en vigor a principios de 2018, limita la capacidad de los bancos para deducir pérdidas pasadas contra impuestos futuros, los conocidos como activos fiscales diferidos (DTA, por sus siglas en inglés). En este contexto, algunas grandes entidades financieras han advertido a los inversores de consecuencias negativas multimillonarias para sus cuentas a corto plazo. Barclays, por ejemplo, ha anunciado este miércoles que sus resultados del ejercicio que está a punto de finalizar sufrirán un golpe de 1.128 millones de euros por la reducción de estos DTA.

La nueva legislación aprobada por los republicanos, que recorta el impuesto a las sociedades del 35% al 21%, reduce de manera significativa el valor financiero de los DTA, que pueden utilizarse para deducir el pago de impuestos. Esta situación obliga a los bancos a revaluar a la baja estos activos diferidos en sus balances.

Entre los bancos españoles, tanto Santander como BBVA sufrirán un impacto “mínimo” por el ajuste de los DTA en relación con el beneficio que suponen los recortes fiscales a mediano plazo, han asegurado fuentes del mercado. BBVA contaba en junio de 2017 con 288 millones de DTA en EE UU. En el caso de Santander la cifra se eleva a 1.827 millones de euros.

Como consecuencia de la revisión de sus cuentas, Barclays verá caer en 20 puntos básicos su ratio de capital básico CET1, una medida clave de su solidez. Sin embargo, el banco ha matizado a través de un comunicado que el recorte del impuesto a las sociedades afectará “positivamente” en el largo plazo a sus ingresos después de impuestos en Estados Unidos.

Barclays, Credit Suisse, UBS y la banca norteamericana

Barclays arrastra problemas en sus cuentas desde principio de año. Desde que fue nombrado consejero delegado en 2015, Jes Staley comenzó a enfocar las operaciones de la entidad en EE UU y Reino Unido. Con esta reestructuración, el banco se desprendió de activos en África y Asia para simplificar su organización y elevar los retornos de los accionistas. Por ese motivo, Barclays sufrió pérdidas excepcionales de 700 millones en los primeros nueve meses de 2017. El golpe sufrido en EE UU incrementa ahora el rojo de sus cuentas.

La advertencia de Barclays ha llegado una semana después de que Credit Suisse anunciara que restará 1.955 millones de euros en el importe de sus créditos fiscales en el cuarto trimestre a causa de la reforma fiscal. El banco suizo UBS cifró en 2.520 millones de euros el costo que supone la nueva ley en el corto plazo.

En EE UU, al menos tres grandes bancos verán aminoradas sus cuentas por los mismos motivos. Citigroup, AIG y Bank of America, que registraron importantes pérdidas con la crisis de 2008, recibirán impactos negativos de 13.400, 5.400 y 2.500 millones de euros, respectivamente.

Fuente: El País