Spotify empezó el martes su andadura en Bolsa con una excelente valoración de 23.600 millones de euros. La no tradicional cotización directa del servicio de música le ha ahorrado las comisiones de los bancos de inversión y le ha proporcionado una valoración mucho más alta –al menos para empezar– que los precios a los que se negociaban sus acciones en el mercado privado. ¿Es una victoria real? Veremos dentro de un año.

Los promotores de Spotify pueden estar satisfechos con su decisión de cotizar directamente en contraposición a las OPV de costumbre. Va a pagar 29 millones de euros en honorarios a sus asesores financieros, y espera que el coste total de la operación se sitúe entre 35 y 40 millones. Una OPV tradicional probablemente costaría al menos el doble, solo en honorarios de los banqueros. Además, mientras las salidas tradicionales dejan la mayoría de las acciones bloqueadas durante seis meses, en este caso más del 90% pueden negociarse inmediatamente.

Es bueno tener un debut fluido en el mercado, pero es más importante el después. El sector tecnológico está plagado de empresas cuyas primeros meses en Bolsa dieron pocas pistas: veáse el fabricante de cámaras GoPro, cuyo valor se triplicó en sus primeros meses, antes de caer más del 90%. Spotify está en pérdidas y su crecimiento de ingresos se está ralentizando. Su valor a largo plazo depende de que adversarios adinerados como Apple decidan vender música en streaming como gancho, o inventen mejores algoritmos para la selección de canciones. También es posible que la industria crezca menos de lo esperado.

Mientras, es de esperar que Lyft, Airbnb, Pinterest y otros unicornios –no cotizadas valoradas en 1.000 millones de dólares o más– reciban mejores ofertas de los bancos para sus hipotéticas OPV, ya que ahora tienen un incentivo adicional para demostrar su valía. Estabilizar el precio tiene sus beneficios. Aunque un buen comienzo no garantiza un buen rendimiento a largo plazo, un debut desastroso puede desanimar a clientes, inversores y empleados talentosos.

Spotify ha ganado el voto popular. Que su nueva valoración sea la correcta, y que las OPV de toda la vida se hayan pasado de moda, sólo quedará claro más tarde, cuando los inversores –y los rivales– lo vean todo con más calma.

Los autores son columnistas de Reuters Breakingviews. Las opiniones son suyas. La traducción, de Carlos Gómez Abajo, es responsabilidad de CincoDías.

Fuente: Cinco Días