Jerome Powell enfrena la última reunión del año de la Reserva Federal en una posición complicada, que le obliga a mantener la cabeza fría. El presidente Donald Trump mantiene la presión sobre el banco central de Estados Unidos para que no suba los tipos de interés. Pero no es el único que pide a voces una pausa en el proceso de normalización de la política monetaria. Wall Street también está mostrando desde octubre un exceso de volatilidad, aunque da por descontado el incremento. «Haz caso al mercado», afirmó Trump en un Tweet, donde deseó suerte.

El presidente Trump aconsejaba a primera hora de la mañana a los miembros de la Fed que leyeran un artículo de opinión que publica el The Wall Street Journal defendiendo la pausa. Argumenta que la inflación y los indicadores de crecimiento justifican una decisión en ese sentido. El precio del dinero está actualmente en una banda del 2% al 2,25%. Powell, sin embargo, lleva meses indicando que habría un incremento en diciembre.

La decisión se conocerá este miércoles y Powell podrá explicarla en rueda de prensa. De materializarse, será el cuarto incremento este año y el cuarto también desde que en febrero tomó las riendas de la Fed. La reunión tiene lugar, además, una semana después de que el Banco Central Europeo decidiera concluir su programa anticrisis. Eso, en principio, le da más margen a la a la hora de subir los tipos porque la restricción a las condiciones financieras llega por otro lado también.

Trump acudió también en la víspera a su cuenta en Twitter para decir que le parece “increíble” que la Fed siga adelante con el alza de tipos. Citó como argumento la fortaleza del dólar y que “no haya virtualmente” inflación. También invitó al equipo de Powell a que mire lo que pasa con las protestas en Francia y la moderación del crecimiento en China. “Y aún así está considerando otro incremento”, afirma el presidente, que ya dijo que la Fed estaba «loca».

La expectativa del mercado es que habrá subida de tipos este miércoles, cuando concluya la reunión de dos días. El reto de Powell en este momento es presentarse públicamente menos agresivo, aunque sin llegar a dar la impresión de que es demasiado laxo. Por tanto, serán las previsiones que publique para 2019 y el tono del lenguaje del comunicado que se pacte lo que se utilizará como herramienta para rebajar los miedos del mercado.

La encuesta interna entre los miembros de la Fed publicada en septiembre, la última vez que se subió tipos, reflejaba que la mayoría de los miembros ve posibles al menos tres incrementos el próximo año. Podría quedar ahora en dos. Eso afectará a la tendencia para los años sucesivos. Con los tuits diarios de Trump, los analistas se fijarán también en ver cuál es el grado de consenso interno. Hasta ahora todos votaron con Powell.

Jerome Powell ya dijo hace dos semanas que la estrategia actual no es ni demasiado agresiva ni demasiado laxa. El comunicado de la última reunión celebrada antes de las legislativas de noviembre, en la que se dejaron intactos, señala en este sentido que los riesgos están equilibrados. El cambio de curso, sin embargo, puede minar la confianza e incluso la independencia de la institución. La tensión comercial con China es otro de los factores que está detrás de la volatilidad.

Fuente: El País