El Gobierno ya tiene lista su propuesta para subir el salario mínimo interprofesional (SMI) en 2018. Plantea que crezca un 4%, hasta los 10.400 euros al año o 736,01 euros mensuales, computados en 14 pagas. Además, el Ejecutivo quiere pactar con los sindicatos, los empresarios y el PSOE el incremento de los años siguientes, concretamente en 2019 y 2020.

Este propuesta forma parte del compromiso al que la ministra de Empleo, Fátima Báñez, había llegado con los agentes sociales a finales de septiembre. Esta consistía en pactar una senda de aumento del SMI antes de acabar el año. 

«De momento, hemos calculado una subida del 4% para 2018, con lo cual llegaríamos a unos 10.400 euros al año. Vamos a proponer también subidas importantes para 2019 y 2020. Tendría que ser compatible con seguir creciendo y creando al menos 450.000 puestos de trabajo», ha anunciado el presidente del Gobierno Mariano Rajoy, en una entrevista publicada este lunes en 20 Minutos.

El incremento es insuficiente para Unai Sordo, secretario general de CC OO. «Si el SMI de 2017 cumpliera con la Carta Social Europea, tendría que situarse en 886 euros en 14 pagas, y este es el escenario por el que va a apostar CC OO». Sordo también ha señalado que el sueldo mínimo legal en España es el cuarto más bajo de la Unión Europea si se tiene en cuenta el nivel de productividad. 

Por su parte, el secretario general de UGT, Pepe Álvarez, ha reclamado al Gobierno que abra un proceso de negociación, no solo sobre el SMI, también sobre la recuperación del poder adquisitivo de los funcionarios.

Desde el Instituto de Estudios Económicos, también se ha criticado la subida del salario mínimo, pero no por insuficiente, como afirman los sindicatos. Para el think tank de la CEOE, este aumento puede generar más temporalidad y tiempo parcial en tiempos de bonanza, y más destrucción de empleo en momentos de recesión, informa Antonio Maqueda.

En opinión de su presidente, José Luis Feito, este incremento “puede tener efectos no deseados”. “Por supuesto que todo el mundo quiere que los salarios sean más altos. Nadie discute eso. Pero hay que examinar cuáles son las consecuencias de la medida. Una subida del salario mínimo implica que la empresa tendrá que pagar por encima de la productividad que tiene el trabajador y que, por tanto, ese salario supere el presupuesto que tiene la empresa para pagar ese puesto de trabajo. Y eso hace que en una coyuntura favorable el empresario contrate, pero que lo haga con dudas y opte por un contrato temporal o a tiempo parcial”, sostiene Feito.

El SMI subió de forma significativa a comienzos de este año tras un pacto entre el Gobierno y el PSOE que llevaba condicionada también la aprobación del techo de gasto para los presupuestos de 2017. Esto supuso un incremento del 8%, hasta los 707,7 euros mensuales actuales desde los 655,2 euros de 2016. Este fue el mayor incremento de una sola vez desde 1986.

Fuente: El País